Por Patrícia Ajeje
Para 2023, por primera vez en la historia, las mujeres CEO lideran alrededor del 10 por ciento de las Fortune 500, una lista de las compañías más grandes de Estados Unidos por ingresos. Este es, sin duda, un hito importante. Pero también subraya la necesidad de más mujeres en todos los niveles de liderazgo.
No se trata solo de representación, se trata de negocios. Las organizaciones con al menos un 30 por ciento de mujeres en puestos de liderazgo tienen 12 veces más probabilidades de estar en el 20 por ciento superior en desempeño financiero, según el informe TheReady-Now Leaders del Conference Board.
Pero, ¿qué es exactamente lo que destaca del liderazgo femenino?
Es necesario reflexionar sobre cuáles son los estereotipos del liderazgo masculino y femenino. A lo largo de los siglos se han atribuido diferentes características a hombres y mujeres, y se han difundido en la sociedad y el mundo corporativo. El modelo mental que tenemos de un líder masculino es enérgico, auténtico y asertivo, mientras que el líder femenino es emocional, amable, compasivo y benevolente.
Es seguro decir que hemos evolucionado esa mentalidad. Las mujeres han demostrado cada vez más que el liderazgo puede definirse de manera más amplia y diversa. La clave para un liderazgo exitoso, por lo tanto, es la autenticidad, que implica reconocer y abrazar atributos personales únicos.
¿Las mujeres líderes tienen poderes especiales?
Las mujeres son falsamente reconocidas por su inteligencia emocional, mientras que en realidad el cociente emocional de mujeres y hombres es igual. Lo que diferencia a las mujeres es que usan la empatía más a menudo. Esta agudeza emocional permite a los líderes impulsar una comunicación más abierta y fomentar el entendimiento mutuo dentro de un equipo.
El enfoque empático del liderazgo alienta a las personas a dar lo mejor de sí mismas porque se sienten escuchadas, comprendidas, reconocidas, valoradas y participantes en las decisiones. En lugar de centrarse únicamente en la tarea en cuestión, las mujeres tienden a valorar el proceso y las contribuciones de cada persona. Este enfoque en la colaboración aumenta la sinergia del equipo e impulsa el éxito colectivo.
