Por Lcdo. Fernando A. Cuevas Quintana, MSW, LCSW
En el complejo contexto laboral, es común y lamentable encontrarse con personas que, al ostentar poder, priorizan sus necesidades personales sin considerar las del equipo al que pertenecen. Esta falta de equilibrio revela la vital necesidad de establecer límites claros y definidos en el trabajo, una premisa que se vuelve aún más evidente al observar la prevalencia de jefes en lugar de líderes acompañando a las personas empleadas.
La distinción entre jefes y líderes adquiere relevancia al abordar la dinámica laboral actual. En este contexto, es esencial reconocer la importancia de establecer límites en el trabajo para preservar la salud propia y el bienestar del colectivo.
La transformación hacia un liderazgo efectivo se convierte en una necesidad apremiante. Necesitamos líderes que no solo guíen, sino que también escuchen, apoyen, acompañen y motiven al cambio.
El establecimiento de límites en el trabajo es crucial para evitar el abuso de poder. Los líderes deben facilitar espacios sin faltar el respeto ni utilizar su posición para engrandecerse. La imposición de límites contribuye a cultivar una cultura organizacional basada en el respeto mutuo y la colaboración, lo cual es esencial para el bienestar de cualquier empresa.
En este contexto, es imperativo que los líderes no solo establezcan límites externos, sino que también reconozcan y respeten las profesiones y especialidades individuales. Un líder auténtico desea aprender de sus colaboradores, demostrando humildad y valorando la riqueza que cada miembro aporta al equipo. Este enfoque no solo fortalece una relación grupal saludable, sino que también impulsa la innovación y el crecimiento conjunto.
Un líder efectivo, a diferencia de crear barreras de diálogo mediante gritos o represalias, fomenta la comunicación abierta y respetuosa. Esta actitud contribuye a un clima laboral positivo, donde los empleados se sienten seguros para expresar sus ideas y contribuir al éxito colectivo.
Además de la creación de un ambiente saludable, los beneficios de contar con líderes auténticos son sustanciales para una empresa. La motivación y el compromiso de los empleados se incrementan, lo que se puede traducir en un aumento de la productividad y la calidad del trabajo. Un líder que reconoce y agradece el esfuerzo de sus colaboradores contribuye a la construcción de una cultura empresarial positiva, promoviendo la retención de talento y la atracción de profesionales destacados.
Además de establecer límites y reconocer las profesiones individuales, un líder verdadero también abraza y respeta las diferencias de pensamiento dentro de su equipo. Asimismo, un líder efectivo se esfuerza por fomentar la comunicación asertiva entre los miembros del equipo. La habilidad para expresar ideas de manera clara y respetuosa, así como para recibir retroalimentación de manera constructiva, fortalece los lazos dentro del grupo y contribuye a un entorno laboral más saludable y productivo.
El trabajo merece tener límites claros, y el liderazgo desempeña un papel fundamental en establecer, mantener y promover que las personas empleadas los definan desde sus respectivos puestos. Un liderazgo auténtico, basado en la empatía, el respeto y la apertura, no solo beneficia a los empleados individualmente, sino que también impulsa el éxito y la sostenibilidad de la empresa en su conjunto.
