Wednesday, May 15, 2024
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Acomodos razonables para la inclusión social

Por: Janette Ferrer Montes
Catedrática Asociada RUM
La inclusión tiene como meta el permitir que las personas participen plenamente en una sociedad. Busca que todos los individuos tengan igualdad de oportunidades, independientemente de su diversidad funcional o limitaciones. Para asegurar igualdad se crearon varias leyes, tanto federales como estatales que establecen como derecho el ofrecimiento de acomodos razonables.

La Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés) define un acomodo razonable como cualquier cambio o ajuste en el entorno de trabajo o en la forma en que se realizan las cosas que permitiría a una persona con discapacidad disfrutar de igualdad de condiciones.

Esto nos lleva a dos conceptos que muchas veces confundimos: igualdad y equidad. La igualdad es tratar a todos de la misma forma, ofreciendo a todos los mismos recursos, oportunidades o derechos. Cuando hablamos de personas con diversidad funcional la igualdad no es suficiente ya que no consideran las necesidades individuales, poniéndolos en desventaja. Por el contrario, la equidad es la disposición para dar a cada persona lo que necesita. La equidad reconoce las diferencias individuales y se esfuerza por proveer los recursos, apoyos, servicios y acomodos razonables necesarios específicos para alcanzar un resultado equitativo. El principio de equidad rige la implementación de acomodos razonables para las personas con diversidad funcional.

Los acomodos razonables se pueden ofrecer en varios ámbitos: educativo, laboral, acceso, entre otros. Cuando hablamos de acomodos razonables en el ambiente educativo, nos referimos a prácticas, procedimiento o modificaciones para proveer acceso equitativo a las personas con diversidad funcional durante los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación. Los acomodos razonables pretenden minimizar los efectos de la condición del estudiante sin reducir el aprendizaje. Pueden incluir: adaptar la forma en que se presenta el material, modificar la forma en que el estudiante evidencia su aprendizaje, uso de aplicación de texto a voz, aumentar la cantidad de tiempo para completar una tarea, entre otros.

En el entorno laboral también se ofrecen acomodos razonables. Algunas adaptaciones pueden ser la instalación de software especializado para personas con discapacidad visual, uso de sistema codificado por colores, uso de máquinas de ruido blanco, uso de audífonos con cancelación de ruido, horarios flexibles, coach laboral (persona que brinda capacitación especializada), reestructuración laboral, entre otros. Cabe señalar que, el empleado con acomodos razonables debe realizar las funciones esenciales del trabajo.

Por otro lado, las personas con diversidad funcional tienen derecho a igualdad de acceso a instalaciones. Para atender estas barreras se crean rampas, elevadores, rótulos en Braille o agrandados y otras adaptaciones para edificios y espacios públicos. De igual forma, la comunicación es necesaria para obtener información valiosa en nuestra sociedad, por esto se tienen que ofrecer acomodos razonables que eliminen las barreras de comunicación. Los intérpretes en lenguaje de señas, los subtitulados y otros sistemas de apoyo se consideran acomodos razonables para la comunicación.

El ofrecer acomodos razonables tiene beneficios no solo para las personas con diversidad funcional sino para la sociedad. Ofrecer acomodos razonables en distintas instancias garantiza que todos tengan las mismas oportunidades, fomentan la valoración de la diversidad, enriquece nuestra perspectiva respecto a la humanidad, mejora de calidad de vida de las personas con diversidad funcional, desarrolla la autonomía e independencia, fomenta la tolerancia y la aceptación de las personas con diversidad funcional, entre otras.
A pesar de los beneficios, la inclusión y la implementación de acomodos razonables tiene desafíos constantes. Por ejemplo, las organizaciones o individuos no están informados sobre sus responsabilidades o sobre cómo implementar los mismos de manera efectiva. Igualmente, el tener diversidad funcional puede resultar en estigma, lo que se considera una barrera actitudinal.

Las barreras actitudinales son estereotipos, percepciones, prejuicios o malentendidos que resultan en actitudes negativas hacia las personas con diversidad funcional. A veces, es el resultado de poco entendimiento ante las necesidades y experiencias de estas personas. En ocasiones, surge de la poca empatía. La falta de empatía se evidencia como insensibilidad o indiferencia ante los desafíos de las personas con diversidad funcional. Superar estas barreras puede ser complejo, pero el primer paso es educarse respecto a los diferentes problemas que puede experimentar una persona con acomodos razonables.

Los acomodos razonables son esenciales para fomentar la inclusión, a pesar de los retos para la implementación. Los beneficios de la inclusión y de los acomodos razonables para la sociedad superan los desafíos y redundan en igualdad, accesibilidad, calidad de vida para garantizar que todos tengan oportunidades para ser exitosos e integrarse completamente en la sociedad.

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