Por Melany Mercado.
Más que una celebración, fue un reencuentro cargado de emociones, memorias y profunda gratitud. El Club de Ciclismo San Martín de Porres conmemoró este fin de semana el 45 aniversario de la Primera Vuelta a Puerto Rico en bicicleta, una hazaña histórica que marcó el inicio del ciclismo organizado en la región norte de la isla.
El ambiente estuvo cargado de nostalgia y alegría. Las anécdotas fluyeron entre risas, abrazos y recuerdos que han perdurado por más de cuatro décadas. “Este junte fue más que un encuentro, fue un momento para reconocer las trayectorias que han dado vida al ciclismo puertorriqueño desde Arecibo hacia todo el país”, expresó uno de los participantes.
Entre las historias compartidas surgieron relatos entrañables, incluyendo romances que nacieron durante aquella primera vuelta. Algunos de los presentes recordaron con cariño a los padres y familiares que, en los inicios, colaboraban con la comida, la logística y la recaudación de fondos. “Cada uno aporta de forma diferente, y sin ellos, nada de esto hubiera sido posible”, reconoció el fundador del club, Tony Martínez.
Durante la actividad también se celebró el poder transformador del club. Más allá de pedalear, muchos coincidieron en que la función del grupo ha sido social y humana. “Uno nunca sabe a cuántas personas hemos sacado de malos pasos. Esto es más que deporte, es comunidad”, señalaron.
Un momento particularmente conmovedor fue el minuto de silencio dedicado a los ciclistas, familiares y esposas fallecidas, quienes formaron parte esencial de esta historia colectiva. Fue un acto de memoria y honra que reafirmó el sentido de pertenencia que une a todos los miembros del club.
A lo largo de estos 45 años, se han completado 37 vueltas a la isla. Huracanes y la pandemia del COVID-19 interrumpieron la tradición, pero este año, de cara a octubre, los miembros tienen fe en que podrán realizar una nueva vuelta. “Cuando terminamos la primera vuelta, algo cambió en nosotros. Pudo haber terminado ahí, pero la euforia, el orgullo y el deseo de seguir, nos hicieron planificar la segunda. Si no fuera por eso, esta historia habría sido muy diferente”, recordó con emoción Martínez.
El legado del Club San Martín de Porres sigue firme sobre dos ruedas, impulsado por el amor al deporte, la fe y un compromiso inquebrantable con causas sociales. “Queremos ser los mejores, pero no por competir, sino por las causas que apoyamos”, afirmó con orgullo Andrés Navedo, cofundador de la fundación.
