Tania álvarez
La protección de la salud y seguridad de las personas en el lugar de trabajo es un aspecto que abarca una amplia gama de campos enfocados en fomentar un entorno laboral que beneficie el bienestar integral de los empleados manejando desde la vigilancia médica hasta los procesos para establecer controles de riesgo.
De acuerdo con Tania Álvarez, gerente de Salud, Seguridad y Medio Ambiente de la compañía Striker en Arroyo, “la seguridad ocupacional se enfoca en la identificación y control de riesgos, manteniendo a los empleados, que son el recurso más importante, lo más seguros y eficientes posible”.
“La implementación de una jerarquía de controles para minimizar los riesgos de la salud de los trabajadores es central en esta estrategia. Así que hay que cumplir con distintos reglamentos, dependiendo del área de enfoque, desde calidad hasta seguridad ocupacional y manejo de emergencias,” añadió la especialista.
Alvarez explicó que el cumplimiento de las normativas establecidas por entidades tanto locales como federales representa una pieza clave en la estrategia de seguridad laboral de las empresas en Puerto Rico. “Adherirse a estas regulaciones no solo nos ayuda a evitar penalizaciones, sino que también garantiza la creación y mantenimiento de un ambiente laboral seguro y saludable”, afirmó.
A pesar de los esfuerzos realizados por parte de los patronos en la Isla, la gerente de Salud, Seguridad y Medio Ambiente de Striker reconoció que aún existe un desafío significativo por educar a empleadores y empleados sobre las importancias de estas normativas.
“La falta de conocimiento sobre leyes y regulaciones sigue siendo un obstáculo, al igual que la necesidad de fomentar una cultura de prevención,” señaló haciendo énfasis en que la seguridad laboral se ve no sólo como un requisito legal sino como una inversión en el futuro de las empresas y sus trabajadores.
Álvarez destacó que actualmente, Puerto Rico se posiciona como un referente en la gestión de la seguridad y salud en el trabajo, no solo cumpliendo con estándares internacionales sino también promoviendo una cultura de seguridad integral.
“Este enfoque no solo mejora la calidad de vida de los trabajadores sino que potencia la productividad y competitividad de las empresas en el ámbito global. Es hora de mirar estratégicamente y posicionar a nuestras empresas y al país en el panorama internacional como un modelo de excelencia en seguridad laboral,” finalizó.
Puerto Rico y su Compromiso con la reducción de la huella ambiental
Otra área clave en la que las empresas están enfocándose es en la reducción de su huella ecológica y climática generada por sus procesos de manufactura. En este frente, diversas compañías se han destacado recientemente como pioneras en adoptar estrategias efectivas y lograr avances notables en la contribución a la sostenibilidad ambiental en Puerto Rico.
“Diversas compañías líderes han implementado políticas y prácticas que no sólo abogan por un futuro sostenible, sino que ya están dando frutos en el presente. Con programas de eficiencia operacional que han logrado reducciones de hasta el 50 por ciento en emisiones de CO2 y tasas de reciclaje del 90 por ciento, el camino de Puerto Rico hacia una menor huella ecológica se muestra prometedor”, expuso Geannette Siberón, ingeniera ambiental de educación y CEO de Environmental and Safety Engineering Solutions.
Aunque Siberón reconoció que el camino no es sencillo ni exento de costos, la implementación de tecnologías más limpias y la transformación cultural requerida para adoptar estas prácticas, implican inversiones que, aunque significativas, pueden recuperarse a través de la reducción de costos operativos. “La eficiencia energética no solo reduce gastos, sino que también posiciona a las empresas en una mejor situación para cumplir con las regulaciones internacionales inminentes”, precisó.
Según la ingeniera, un dato notable es que, aunque la cultura de reciclaje en Puerto Rico no ha crecido al ritmo de lugares como Estados Unidos, la industria de manufactura en la isla ha dado grandes pasos, destacando la empresa Reciclaje del Norte, por su contribución significativa a la economía circular.
“Las empresas puertorriqueñas, especialmente las multinacionales con operaciones en Puerto Rico, han comenzado adoptar prácticas que reducen su impacto ambiental de manera proactiva. Estas prácticas incluyen desde la optimización del uso del agua, hasta la instalación de iluminación LED y la utilización de energías renovables” destacó Siberón.
Pese a estos avances, la CEO de Environmental and Safety Engineering Solutions reconoció que la industria puertorriqueña aún enfrenta retos para una adopción más amplia del reciclaje, particularmente entre las empresas locales, por lo que atribuyó estos desafíos a factores económicos y a la necesidad de infraestructura adecuada.
“Al reducir la dependencia de recursos naturales y disminuir costos operativos, las empresas puertorriqueñas pueden volverse más competitivas a nivel global y cumplir con las regulaciones internacionales más estrictas que se avecinan”, sostuvo la experta.
En un esfuerzo significativo en fomentar prácticas ambientales sostenibles en la industria, Puerto Rico se prepara para la 15.ª Cumbre de Sustentabilidad Ambiental, el jueves, 11 de abril de 2024, en el Complejo Ferial en Ponce.
