En la histórica ciudad de San Germán, se erige un símbolo de libertad y autonomía que ha sobrevivido el paso del tiempo y los embates de la naturaleza: la Ceiba La Libertad. Este emblemático árbol, que cumple 126 años desde su siembra el 19 de febrero, no es solo un testigo de la historia, sino un participante activo en la lucha y esperanza de un pueblo por su autonomía.
“Ceiba La Libertad fue sembrada en 1898, un año crucial en la historia puertorriqueña, marcado por la transición de la soberanía de España a Estados Unidos (EE.UU.). Este acto simbólico fue precedido por la concesión de autonomía a Puerto Rico (P.R.) por parte de España en 1897, un breve periodo que alimentó las aspiraciones de libertad de los puertorriqueños”, explicó el historiador sangermeño, Ramón Vázquez, .
La siembra de la ceiba, según el historiador: “Coincidió con un desfile emblemático por las calles de San Germán, desde donde se encuentra la escuela Antonia Martínez, bajando por todo lo que se conocía, para aquel entonces, como la Calle Comercio y culminó con el acto de afirmación representando a la Diosa de la Libertad”.
Como parte de este acontecimiento, Vazquéz relató que una vez sembraron la ceiba se creó un himno que dice: “Que vivan los nobles hijos de este suelo tropical, que vivan los puertorriqueños, que viva la libertad”.
El árbol que no es solo es una reliquia natural, se convirtió también en un punto de reunión para la comunidad, que ha visto en él un símbolo de resistencia y esperanza. “Un dato importante es que, a pesar de su significado, este monumento vivo ha pasado desapercibido en las agendas políticas y culturales actuales, sin recibir el reconocimiento que merece por parte de entidades gubernamentales o políticas”, señaló el historiador sangermeño.
Según Vazquéz el legado de la Ceiba La Libertad se extiende más allá de su valor simbólico, ya que está intrínsecamente ligado a la historia de San Germán y su gente. Personajes como: Francisco Mariano Quiñones, primer presidente de la Junta Autonómica de Puerto Rico y otros ciudadanos destacados de la ciudad, han contribuido a la rica historia de este municipio, marcada por gestas de libertad y autonomía.
Aunque la Ceiba La Libertad es un recordatorio de un periodo efímero de autonomía puertorriqueña, su presencia continúa inspirando a las generaciones actuales y futuras a recordar y valorar su herencia. Este árbol, junto con otros monumentos simbólicos en San Germán, como el pino sembrado por Martín Luther King en los predios de la Universidad Interamericana, en 1672, subrayan la importancia de preservar la memoria histórica, fomentar un sentido de identidad y pertenencia entre los puertorriqueños.
Actualmente, la Ceiba La Libertad se encuentra localizada al final de la Calle Lorencita Ramírez de Arellano haciendo intersección con la calle del antiguo Colegio San José de San Germán. De acuerdo con Vázquez, la misma fue sembrada por el señor Agrait y el doctor el Sanabria.
“Este es el único monumento viviente, por lo que merece ser celebrado y reconocido, no solo como un símbolo de la historia de San Germán, sino como un emblema de la resiliencia y esperanza del pueblo puertorriqueño. Ésta permanece como un testigo silencioso de la historia, desafiando el tiempo y las adversidades, recordando a todos la importancia de la lucha por la libertad y la autonomía”, concluyó el historiador .
