Foto de animales antes de ser masacrados por los perros
Residentes del municipio de Cabo Rojo se encuentran preocupados y afectados ante el notable aumento en la población de animales callejeros, que incluye vacas, caballos y perros, lo que está generando serias repercusiones para los habitantes y sus propiedades.
Dicha situación, que trasciende el ámbito personal, se ha convertido en un asunto de salud pública y seguridad, al punto que recientemente, una finca en la región fue escenario de una masacre animal, donde 11 ovejas de raza, fueron brutalmente atacadas por perros realengos.
La propietaria de la finca, relató el horror de encontrar sus ovejas, las que fueron criadas con esmero y cariño, brutalmente atacadas por perros callejeros. ” Es doloroso, ya que yo tuve que terminar el sufrimiento de estos animales porque los encontré tirados en el piso desangrándose. La pérdida es grande, no sólo en términos monetarios, sino en el esfuerzo de años y el vínculo emocional con estos animales,” expresó a Periódico Visión, Nerybelle Perez-Rosas.
De acuerdo con la ecóloga y profesora universitaria, este no es el único evento que ha vivido hasta el momento, ya que tuvo que evitar caminar por la pista de la Rebekah Colberg y cambiar su rutina diaria de ejercicios, debido a la presencia de una manada de perros abandonados en la zona los cuales son potencialmente peligrosos.
“Esto se ha convertido en un problema, ya que ni caminar en paz por la pista se puede por la cantidad de perros”, declaró la afectada, refiriéndose a la amenaza constante que representan estos animales en las calles y caminos del municipio.
A pesar de las situaciones que le ha tocado enfrentar, Pérez Rosas reconoció que el problema no son los animales, sino la falta de responsabilidad humana para controlar esta situación. “La culpa no es del municipio, la culpa es de la gente, pero hay que responsabilizar a los dueños de alguna manera”, insistió, proponiendo la identificación de animales para asociarlos a sus dueños y multar a quienes los dejen sueltos.
“Esto es un problema que es sumamente complicado, pero que hay que empezar a trabajarlo, porque si no se empieza, va a seguir creciendo”, dijo la ecóloga, con la esperanza de que su historia genere la conciencia y las acciones necesarias para proteger tanto a los animales como a la comunidad de Cabo Rojo.
Por otro lado, en días recientes, las redes sociales fueron eco de un grave accidente de tránsito en la carretera 100 de Cabo Rojo, específicamente en el kilómetro 13.2, donde ganado suelto en la vía de rodaje fue el principal protagonista del incidente.
Asimismo, Vilma Amador, residente de Combate, hizo un llamado de apoyo a través de las redes, para identificar a los propietarios de más de diez caballos que se encuentran dispersos por la zona de la carretera 3301 en el kilómetro 0.5.
“Estos animales, aparte de su presencia incontrolada, han causado daños significativos, incluyendo la ruptura de la tubería del agua, lo que ha acarreado gastos considerables para los que residimos aquí”, señaló Amador.
Por esta razón, la comunidad de Cabo Rojo hace un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas concretas y efectivas las cuales garanticen la seguridad de los residentes y de los propios animales.
