Decenas de estudiantes de comunicación de diversas universidades en Puerto Rico recibieron este martes el Premio de la Cámara de Representantes Don Luis Vigoreaux, que otorga una beca anual de $5,000 a cada alumno de bachillerato o posgrado.
La actividad, convocada por el presidente cameral Rafael Hernández Montañez, busca reconocer el legado de Luis Vigoreaux y darle continuidad a su quehacer mediante la distinción a los estudiantes de concentraciones vinculadas al mundo de la comunicación. Entre ellas, el periodismo, producción, diseño y creación de programas.
Los fondos de esta beca, que son posibles mediante la Ley 5 de 2016, podrán utilizarse para sufragar los costos de matrícula, libros, hospedaje, así como de cualquier otro asunto relacionado con los estudios universitarios de los alumnos.
“Los integrantes de esta Cámara son conscientes de la necesidad de contar con un empujoncito, un incentivo, para abrirse paso en las comunicaciones. De ahí que esta beca constituya una inversión en el talento boricua”, expresó Hernández Montañez durante el acto protocolar.
El evento contó con la participación de los representantes, quienes estuvieron a cargo de nominar a los alumnos de comunicación que posteriormente fueron seleccionados luego de una extensa evaluación de candidatos. Los estudiantes homenajeados provienen de programas de comunicación en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Universidad Interamericana de Puerto Rico, Universidad Ana G. Méndez y la Universidad del Sagrado Corazón (USC).
Como parte de la ceremonia, también fueron reconocidos Luis “Luisito” Vigoreaux y Roberto Vigoreaux, hijos del fenecido productor. Además, la actriz puertorriqueña Ángela Meyer ofreció un mensaje especial al público en el cual rememoró sus vivencias en la pantalla televisiva con Vigoreaux.
“Ustedes tienen una gran responsabilidad, que es emular a don Luis Vigoreaux. Esa beca que hoy se ganan tiene un nombre. Es un orgullo y un prestigio para este país”, manifestó la artista.
Pionero por excelencia en el mundo de la radio y la televisión, Vigoreaux fue un ceibeño orgulloso de su barrio Chupacallos. Se destacó como actor,productor, locutor, anfitrión y hasta musicalizador.
En él se centraron horas de transmisiones televisivas que, en un momento dado, se apoderaron de todo el fin de semana de las familias puertorriqueñas con programas como “Sube, nene, sube”, “Pa arriba, Papi, pa arriba”, “Luis Vigoreaux presenta” y “Dale que dale en domingo”.
La década del 1960 marcó una evolución para el artista cuando dio el salto de
Telemundo a la que fue su casa durante décadas: Wapa Televisión. Ya para
entonces le daba forma al concepto del programa de variedades “Luis Vigoreaux
Presenta”, que se basó en una producción suya anterior titulada “La hora cero”.
Fueron los años 1970 que le llevaron a reconceptualizar sus producciones y se inclinó por el entretenimiento de fin de semana. Con su casa productora CVC se mudó a la Telecadena Pérez Perry, el Canal 11, para crear otras propuestas televisivas que generaba desde su teatro: el New San Juan en Santurce. Cuando esa etapa cerró, Vigoreaux regresó a Wapa Televisión.
En el teatro se destacó en el papel de Rafael McKenna en la pieza “La verdadera
historia de Pedro Navaja”, junto a Teatro del 60. También actuó en la obra “Ángeles
Caídos”.
Al momento de su deceso laboraba en “El show del mediodía” del Canal 4 y en el
espacio matutino “Buenos días”, que transmitía la radioemisora WBMJ.