Migdalia González Arroyo
La detención de inmigrantes en Puerto Rico, particularmente en el área oeste, ha generado preocupación y consternación en nuestras comunidades. No podemos ignorar el impacto humano de estas acciones ni el temor que siembran entre quienes, con su trabajo y esfuerzo, han contribuido al desarrollo económico y social de nuestra región.
En el oeste de Puerto Rico nos sentimos orgullosos del trabajo que ha realizado la comunidad inmigrante, en especial la comunidad dominicana, con quienes hemos construido lazos estrechos de colaboración y hermandad. Los inmigrantes han sido parte fundamental del crecimiento de nuestros pueblos, aportando a la agricultura, la construcción, el comercio y otros sectores esenciales para nuestra economía. Son familias que han echado raíces aquí, que han educado a sus hijos en nuestras escuelas y que, con sacrificio y determinación, han construido su futuro en esta tierra.
Desde el Partido Popular Democrático y en mi carácter de exsenadora del oeste, reafirmo nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos y el respeto a la dignidad de todas las personas, sin importar su lugar de origen. Puerto Rico siempre ha sido un pueblo solidario y acogedor, y no podemos permitir que el miedo y la incertidumbre dicten el trato que damos a quienes han venido a aportar a nuestra sociedad.
Es necesario un diálogo serio y responsable sobre la situación migratoria en la isla, basado en la justicia y la sensibilidad humana. Como institución y como líderes, tenemos el deber de abogar por un trato digno para la comunidad inmigrante, garantizando que sus derechos sean protegidos y reconociendo el valor de su contribución a nuestra sociedad.