Por: Arnaldo Gutierrez
Para espacios pequeños, la madera es el material liviano y resistente que ofrece una construcción sólida, duradera, bella y cálida. Estas modestas obras en madera son más económicas que las de hormigón y las de ladrillo de barro cocido, y su tiempo de construcción es menor. La seguridad está asegurada porque Mayagüez ha aprendido las lecciones de los incendios históricos (incendio del Teatro Yágüez, en 1919, y el incendio de la ciudad en 1841). En Puerto Rico no existe una industria maderera, y mucha de la madera es importada del exterior, debidamente protegida contra la polilla y el comején. La vivienda No. 64 del Boulevard Eudaldo Báez García, el techo de la Cafetería localizada entre la Plaza del Mercado y su estacionamiento, y el entrepiso del espacio multidisciplinario Taller Libertá , en la calle Pablo Casals, son ejemplos de una exitosa selección de la solución constructiva en madera.
La Iniciativa de Conservación de Arquitectura Puertorriqueña en Madera, del Centro de Conservación y Restauración de Puerto Rico (CENCOR), es un programa integral para preservar y conservar las edificaciones históricas en madera que existen en el país, en alianza con la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. La importancia del proyecto se evidencia cuando organismos asesores de la UNESCO, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y la Organización del Gran Caribe para Monumentos y Sitios (CARIMOS), han identificado la protección y conservación de la arquitectura tradicional de madera como prioridad a nivel mundial y regional. La arquitectura tradicional en madera es una respuesta idónea a nuestro entorno tropical caribeño, maneja un recurso renovable, que se acopla a la diversidad climatológica y a la expresión máxima de una estética particular que ha sido posible por la mano diestra de carpinteros y ebanistas boricuas. La mayoría de los edificios de madera en buen estado construidos en los siglos XVIII y XIX han resistido la prueba del tiempo, incluidos docenas de tormentas a lo largo de los últimos siglos han afectado a Puerto Rico.