Por Angélica Soto Ríos.
A pesar de que han pasado 32 años desde que comenzó su lucha por seguir viviendo en la costa de Aguadilla, doña Ramona Cruz vive con la incertidumbre de que pueda ser desalojada forzosamente de su vivienda en el sector Playa India. Su hija, Ivette Jaime, relató a este medio que la situación ha afectado el bienestar emocional de su madre, quien algunas noches no logra dormir, pierde el apetito y ha sido encontrada llorando.
Cruz, de 78 años, expresó que recibir hace unas semanas la notificación de que la corporación Playa India, S.E., representada por los hermanos Víctor Añeses y el Lcdo. Carlos Añeses, reanudó los trámites para ejecutar el desahucio le cayó como “un balde de agua fría”, especialmente después de un periodo de tranquilidad, tras el último litigio en 2023.
Uno de los momentos más difíciles para la septuagenaria y su familia ocurrió meses después del huracán María, cuando uno de los hermanos Añeses contrató maquinaria para demoler las paredes de cemento de la casa. “Tuvimos que dormir en casetas y velar que no regresaran”, recordó su hija, quien añadió que persiste la preocupación de que la situación se repita.
La directora ejecutiva de Ayuda Legal Puerto Rico, Lcda. Adriana M. Godreau, señaló en declaraciones escritas que “la salud física y emocional de la residente es inminente y que el tribunal debería suspender toda acción de lanzamiento, considerando que Cruz está en la tercera edad, es paciente de cáncer y no tiene a dónde ir”.
Su hija destacó que, de ejecutarse el desahucio, haría “todo lo que sea posible para que no suceda”, incluso “contemplando la posibilidad de una cadena humana pacífica”, al afirmar que ese hogar es donde su madre nació, creció y espera pasar el resto de su vida.
“Este hogar es mi vida y Dios me da la fuerza para seguir firme, peleando por lo que es mío porque yo no le he quitado nada a nadie”, afirmó doña Ramona Cruz, quien también está preocupada de que desalojen a sus dos hermanos con diversidad funcional.
Según informó la familia, hace 130 años el abuelo de la septuagenaria se estableció en el terreno del sector Playa India con permiso verbal de un hacendado estadounidense para permanecer en la finca y construir allí su vivienda, la cual ha pasado de generación en generación.
Añadieron que en 1989 la finca fue vendida a los Añeses y que, según afirman, la corporación Playa India, S.E. busca vender los terrenos para desarrollo turístico.
Cruz, quien reside con su esposo Jacobo Pérez, reiteró su deseo de vivir en paz. “Espero seguir viviendo como lo hemos hecho, en paz y felicidad, en este hogar con mi familia, y que ellos también puedan disfrutarlo. Pido piedad porque ya ellos tienen todo y nosotros no molestamos a nadie. Estamos aquí tranquilos y somos personas muy amorosas”, expresó.
Añadió que agradece al pueblo puertorriqueño por el apoyo recibido. “Le doy gracias a mi pueblo, que desde el principio está con nosotros ayudándonos. Sé que nos seguirán dando la mano para levantarnos en los momentos difíciles”, sostuvo.
