En Puerto Rico, los problemas que enfrentamos no son nuevos, pero la manera en que intentamos resolverlos sigue siendo igual de ineficaz. Las administraciones gubernamentales han optado por nombrar comités y celebrar interminables reuniones para abordar crisis que, en muchos casos, fueron autocreadas por decisiones pasadas. ¿El resultado? Un ciclo de burocracia costosa que rara vez produce soluciones reales. Es hora de cambiar las prioridades del gobierno para centrarnos en dos áreas fundamentales: la automatización y la educación.
1. Simplificar el Gobierno con Inteligencia Artificial y Automatización
El funcionamiento gubernamental en Puerto Rico está atrapado en una telaraña de procesos burocráticos que ralentizan cualquier avance y drenan recursos. Cada reunión y cada comité representan miles de dólares en costos, tiempo perdido y frustración ciudadana. En vez de perpetuar este modelo ineficiente, el gobierno debe adoptar tecnologías modernas como la inteligencia artificial (IA) y la automatización.
Podemos aprender mucho de Estonia, que ha revolucionado la manera en que los gobiernos pueden operar al implementar un sistema de e-gobierno. Gracias a su plataforma digital, los ciudadanos pueden realizar la mayoría de los trámites gubernamentales en línea, desde pagar impuestos hasta renovar licencias. Esto no solo ahorra tiempo, sino también millones de euros en costos operativos cada año.
Canadá también ofrece un excelente ejemplo con su enfoque de servicio al ciudadano, utilizando datos y tecnología para simplificar los procesos administrativos y hacer que los servicios sean más accesibles. Estas estrategias podrían ser replicadas en Puerto Rico para automatizar procesos como la emisión de licencias, la tramitación de permisos y la distribución de ayudas. Además, estas soluciones reducirían la corrupción al eliminar intermediarios humanos en funciones clave.
2. Priorizar el Aprovechamiento Escolar
Por décadas, los estudiantes de las escuelas públicas de Puerto Rico han mostrado resultados alarmantes en matemáticas, ciencias, español y otras materias básicas. Sin embargo, los debates gubernamentales parecen centrarse más en la reconstrucción de planteles escolares que en el desarrollo académico de los estudiantes. Es vital redirigir nuestra atención hacia el aprovechamiento escolar, asegurándonos de que cada estudiante reciba una educación de calidad.
Finlandia es un modelo a seguir en este aspecto. Su sistema educativo descentralizado permite que las escuelas tomen decisiones basadas en las necesidades locales. Además, invierte significativamente en la formación de docentes, garantizando que los maestros sean altamente capacitados y valorados. Inspirándonos en este modelo, podríamos:
- Invertir en metodologías innovadoras de enseñanza apoyadas en tecnología.
- Proveer acceso universal al internet y equipos tecnológicos para cerrar la brecha digital.
- Capacitar a los docentes y estudiantes en el uso de IA, permitiéndoles aprovechar estas herramientas para mejorar el aprendizaje.
Infraestructura Necesaria: Energía e Internet
Una verdadera transformación requiere una infraestructura funcional. Puerto Rico necesita un sistema eléctrico confiable y un acceso a internet asequible y disponible para todos. Sin estas bases, cualquier intento de modernización estará destinado al fracaso. Estos esfuerzos no son lujos; son requisitos básicos para competir en un mundo digitalizado.
Finalmente, debemos descentralizar el sistema educativo para eliminar posiciones políticas y la burocracia innecesaria que consume los fondos destinados a la educación. Cada dólar gastado en oficinas centrales o regionales debería ser redirigido a los salones de clase, donde puede marcar una diferencia real.
Finlandia también nos enseña la importancia de mantener un enfoque en el estudiante. Puerto Rico podría adoptar un modelo similar al duplicar el número de maestros por salón en las escuelas elementales, asegurándonos de que cada estudiante reciba la atención que merece. No podemos desarrollar escuelas bilingües si no garantizamos primero la alfabetización en español de manera efectiva.
El cambio que necesitamos en Puerto Rico es radical, pero también es posible. Simplificar las operaciones gubernamentales y priorizar el aprendizaje de nuestros estudiantes son pasos clave para construir un futuro más prometedor. Al seguir el ejemplo de países como Estonia, Canadá y Finlandia, podríamos superar la burocracia y lograr un gobierno más eficiente y efectivo. Esto no se logrará con comités ni reuniones interminables, sino con acción decisiva, tecnología y un compromiso genuino con el progreso.