Por Melany K. Mercado Soto.
Barrio Obrero, una comunidad costera fundada en los años 1920 en Arecibo, nació como un proyecto para alojar a trabajadores de la Puerto Rico Distilling Co. Hoy, enfrenta múltiples retos que amenazan su calidad de vida, pero también ha encontrado formas creativas de avanzar, como el uso de propiedades para alquiler turístico.
En sus inicios, Barrio Obrero fue hogar de familias trabajadoras que crearon negocios y fortalecieron el sentido de comunidad. Sin embargo, la erosión costera, el deterioro de infraestructuras recreativas y la pérdida de espacios educativos han transformado su panorama.
Uno de los mayores desafíos es el avance del mar, que ha reducido el terreno y afectado viviendas y calles. Mientras tanto, la demolición de la cancha del barrio, en condiciones críticas, y el cierre de la escuela primaria por baja matrícula, han privado a los residentes de espacios importantes para la recreación y la educación.
Teresa Méndez, residente desde 1960, recuerda los días en que la cancha y el centro comunal eran puntos de encuentro. “Hace unos años llevábamos a nuestros nietos a jugar baloncesto o patineta, pero ahora todo está en abandono. Después del huracán María, la cancha quedó inutilizable y ahora es usada como establo, lo que genera incomodidad por los olores”, expresó.
A pesar de estos retos, la comunidad ha encontrado formas de reinventarse. Muchos vecinos han convertido sus hogares en alquileres tipo Airbnb, lo que ha generado ingresos y un impacto económico positivo para el barrio. Este emprendimiento local permite a los residentes conservar sus propiedades y atraer visitantes, quienes disfrutan de la historia y el ambiente costero de la zona.
Entre las propuestas de los residentes están la construcción de un parque recreativo al aire libre o una biblioteca en los terrenos de la antigua escuela, que hoy alberga una escuela de boxeo que impacta positivamente a los jóvenes de la comunidad.
A pesar de las adversidades, Barrio Obrero sigue siendo un ejemplo de resiliencia. Sus residentes están determinados a preservar su legado, fortalecer su economía y recuperar los espacios que un día unieron a la comunidad.