Agricultor y presidente de la Finca Te Da La Vida, Luis García Jiménez.
Por: Angelica Soto Ríos
La agricultura es uno de los sectores más importantes y, al mismo tiempo, se ve amenazada por desafíos climáticos actuales, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria. En Puerto Rico, el 85% de los alimentos que se consumen son importados, según datos del Departamento de Agricultura, una realidad que genera preocupación entre agricultores como Luis García Jiménez.
Ante este panorama, impulsa prácticas que buscan aportar su grano de arena para educar y contribuir, en la medida posible, a enfrentar esta situación.
“Las estadísticas son tristes, porque la isla cuenta con una variedad de suelos fértiles y, lamentablemente, no están produciendo. Se acercan tiempos difíciles; ya estamos viendo los efectos del cambio climático: sentimos calores excesivos, lluvias intensas y, cada vez, huracanes más fuertes. Por eso, estoy desarrollando un proyecto dirigido al cambio climático, mediante prácticas climáticamente inteligentes que ayuden a mitigar la huella de carbono”, señaló García Jiménez, quien, aunque no tiene una formación profesional en agricultura, se dedicó al campo tras interesarse, instruirse y quedar fascinado.

Como presidente de la Finca Te Da La Vida, enclavada en el corazón de Las Marías y constituida como corporación hace dos años, se ha capacitado para desarrollar iniciativas sostenibles. Entre ellas, destacan la forestación con árboles resistentes para reducir la huella de carbono; la siembra de barreras vegetativas que protegen contra los vientos huracanados y previenen la erosión del terreno; así como la creación de un ecosistema biodiverso que integra cultivos, plantas específicas para atraer mariposas y la instalación de casas diseñadas para abejas y aves, con la expectativa de atraer murciélagos próximamente. Es importante resaltar que no utiliza herbicidas ni plaguicidas, con el fin de preservar el medioambiente.
En cuanto a la soberanía alimentaria, García Jiménez cultiva de manera estratégica con el objetivo de ser autosuficiente ante posibles eventos atmosféricos. Por ejemplo, siembra ñame y yautía, que crecen bajo la tierra, para asegurar que no falte la comida en el hogar, incluso en tiempos difíciles. También cultiva piña, aguacate, mangó, china, plátano, café 100% puertorriqueño, entre otros.
“Soy un instrumento al que Dios le ha dado la oportunidad de conocer este sector para llevar un mensaje: la agricultura es vida. Si la practicamos de manera sostenible y amigable con el medioambiente, podemos alcanzar el éxito y consumir alimentos de nuestras tierras, de alta calidad”, expresó el agricultor.
La finca, que cuenta con un total de cuatro cuerdas, está certificada a nivel federal. García Jiménez reconoció que, a pesar de vivir la mejor etapa de su vida, el camino no ha sido fácil.
Con seis años de experiencia, ha tenido que enfrentar retos como sacrificar sobre 300 árboles de café tras el paso del huracán Fiona, asumir gastos operacionales y superar la dificultad de conseguir obreros. No obstante, su gran determinación lo ha impulsado a seguir adelante y continuar dando lo mejor de sí.
Con preparación académica en Justicia Criminal y experiencia previa en el Departamento de Corrección, donde trabajó en la administración de instituciones juveniles, hoy colabora con Conexión Laboral para brindar oportunidades laborales en su finca a jóvenes que han desertado del sistema escolar. Además, como parte de su labor en el Comité Asesor de Extensión Agrícola de la comunidad, promueve colaboraciones con estudiantes del Club 4H.
Como proyecto en desarrollo para elevar sus prácticas, logró adquirir 12 cuerdas de terreno en Las Marías. En este espacio, con mejores facilidades e infraestructura eléctrica, busca replicar sus iniciativas sostenibles, generar empleos, aportar a la economía local y materializar su meta.
“A través de mi experiencia logré adquirir esa otra finca, donde desarrollaré un megaproyecto. Germino mis propias semillas de café, porque mi objetivo es lanzar una marca de café especial, de alta calidad y 100% puertorriqueña”, afirmó García Jiménez.
Su notable persistencia y pasión han dejado ver el orgullo de ser agricultor y de forjar un camino que, como indicó, “apenas comienza”.
“Nunca pensé que llegaría a esta etapa. Voy a seguir hacia adelante porque tengo un enorme compromiso con la agricultura, el medioambiente y la educación. Me siento orgulloso de usar botas y de ser un agricultor que busca aportar su granito de arena”, expresó García Jiménez con convicción.