La familia del biólogo marino puertorriqueño Roberto Antonio Viqueira Ríos informó que el velatorio y las exequias fúnebres se llevarán a cabo hoy domingo, 20 de julio, en la Funeraria Yauco Báez Memorial, en el pueblo de Yauco, de 9:00 a.m. a 6:30 p.m.
Ante el lamentable y vil asesinato que truncó su vida, la familia exige que se investiguen exhaustivamente todos los ángulos posibles de este crimen — personales, políticos y profesionales —, para que se haga justicia y se esclarezca la verdad. Su familia, sus comunidades y Puerto Rico entero exigen respuestas claras.
Nacido en San Germán y criado en Yauco, Roberto dedicó toda su vida a la lucha por la justicia social, ambiental y política. En su juventud colaboró con Casa Pueblo y se destacó en las luchas ambientales del suroeste de Puerto Rico, denunciando la contaminación generada por la planta Tropical Fruit en Guayanilla, defendiendo el Valle de Lajas y promoviendo la protección del Bosque Seco y de especies emblemáticas como el sapo concho. Militó en la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI) y participó activamente en la lucha por la desmilitarización de Vieques. Fue cofundador de La Nueva Escuela, un espacio autogestionado que integraba educación popular, arte y organización comunitaria.
Roberto fue un biólogo marino ampliamente reconocido por su trayectoria académica y profesional. Dedicó su carrera a la protección y restauración de los ecosistemas costeros y cuencas hidrográficas de Puerto Rico, integrando la ciencia ecológica con la gestión comunitaria y la educación ambiental. Como fundador y director ejecutivo de Protectores de Cuencas (PDC), una organización sin fines de lucro con base en Yauco, se convirtió en un referente regional en proyectos de infraestructura verde y restauración de hábitats.
Su enfoque práctico y colaborativo le permitió gestionar con éxito millones de dólares en fondos públicos y privados, que apoyaron iniciativas como la construcción de humedales artificiales para tratamiento de aguas residuales, campañas educativas como Think Before You Drop It, y programas agrícolas sostenibles, incluyendo el cultivo de café bajo sombra. Desarrolló técnicas innovadoras de hidrosiembra para estabilizar costas y recuperar hábitats naturales.
Entre sus reconocimientos destaca el Premio Nacional de Humedales del Environmental Law Institute (2016), que le otorgó el título de Wetland Community Leader por su impacto en la conservación ambiental y el fortalecimiento de comunidades.
Roberto lideró proyectos concretos y exitosos en todo Puerto Rico y las islas vecinas, entre ellos la restauración y conservación en Punta Soldado y Playa Tamarindo en Culebra, donde se promovió la reforestación con especies nativas y el monitoreo de fauna local. En Bahía Mosquito, Vieques, desarrolló iniciativas para restaurar manglares, monitorear ecosistemas y educar a la comunidad para preservar la bioluminiscencia única del área.
Actualmente, Protectores de Cuencas co-maneja junto al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) exitosamente el Bosque Seco de Guánica, Patrimonio de la Humanidad, transformando el espacio mediante la reforestación, el control de especies invasoras y la creación de infraestructura para la educación ambiental y el ecoturismo. También participan activamente en el Proyecto para la Restauración de las Salinas de Cabo Rojo, un esfuerzo esencial para recuperar humedales costeros que brindan servicios ecosistémicos vitales a la comunidad, como protección contra inundaciones y apoyo a la pesca artesanal.
Su trabajo se extendió al Corredor Ecológico del Noreste y las Islas Vírgenes, donde colaboró con grupos locales en la restauración de ecosistemas marinos y costeros, impulsando programas educativos para fortalecer la resiliencia ambiental ante el cambio climático.
Una de las causas más importantes que adoptó fue la restauración de la Laguna de Guánica, un reclamo histórico de las comunidades que Roberto apoyó desde la ciencia y la organización popular. Este proyecto no solo tiene un impacto ambiental sino también social y económico, con potencial para revitalizar la economía local mediante empleos, turismo sostenible, pesca responsable y agricultura regenerativa.
La familia de Roberto respalda con firmeza este reclamo, que es parte del legado que él deja y que pertenece a las comunidades que por generaciones lo han defendido.
Padre amoroso, esposo solidario, tío alcahuete, amigo fiel, líder comunitario, ambientalista, independentista y socialista. Roberto vivió defendiendo lo que amaba. Puerto Rico pierde a uno de sus imprescindibles.
¡Roberto A. Viqueira Ríos, presente!