Por Angelica Soto Ríos.
Adquirir una propiedad en Puerto Rico resulta cada vez más complicado, según reveló un informe de la firma Estudios Técnicos, Inc., el cual señala que el índice de Vivienda Asequible cerró el 2024 con un 57%, marcando un nivel históricamente bajo.
El índice mide la capacidad de una familia típica para cualificar a un préstamo hipotecario con un 20% de pronto pago. Un valor de 100% indica que tienen los ingresos suficientes para obtener financiamiento según el precio promedio de la vivienda. Valores menores reflejan dificultades para acceder a la compra de una vivienda.
De acuerdo con datos de la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras, el promedio de casas nuevas subió un 18.4%, alcanzando los $367,716. En el caso de las propiedades usadas, también se registró un alza de 12.8% con un precio promedio de $212,811. En cuanto a ventas, el mercado registró una reducción del 7.5% en el número de unidades vendidas, con un total de 9,996 unidades en el 2024, lo que representó 814 menos que el año 2023.
Es importante destacar que datos del Censo y de la Junta de Planificación apuntan que el ingreso familiar promedio está entre los $25,000 y los $33,000 anuales.
El profesor y economista José Alameda explicó que factores como la capacidad de generar ingresos, la reducción en la población, el aumento en la migración, los costos de los materiales de construcción, los recortes en fondos federales y el auge de los Airbnb, han conllevado a una disminución significativa en la demanda de nuevas viviendas.
“Todos esos son factores que hacen difícil adquirir una propiedad hoy día, y es un problema de una economía que se ha reducido en aproximadamente un 20% desde el 2006”, afirmó.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Realtors de Puerto Rico, Irma Colón, comentó que “antes del huracán María, el mercado favorecía a los compradores, ya que había muchas propiedades para la venta y pocos compradores. Sin embargo, tras el paso del evento atmosférico en 2017, muchas viviendas tuvieron daños y aumentó la necesidad de buscar hogares fortalecidos. Desde entonces, el mercado cambió a uno que favorece a los vendedores y no a los compradores”.

Colón mencionó que existe una escasez de viviendas, por lo que “se tiene que hacer un plan a largo plazo que pueda establecer cómo identificar nuevas fuentes de viviendas, ya sea rehabilitando las propiedades que estén en desuso, como los estorbos públicos que potencialmente se pueden convertir en unidades de vivienda. Por igual, una reevaluación de terrenos y suelos rústicos”.
Ambos coincidieron en que el panorama actual presenta retos, pero insistieron en la necesidad de implementar soluciones concretas para mejorar el acceso a la vivienda en Puerto Rico.