Al celebrar los 25 años de la misión de amor de Nuestra Escuela, su presidenta Ana Yris Guzmán destacó en una emotiva graduación los logros de niños, niñas, jóvenes y adultos de la comunidad de Caguas que han transformado sus vidas mediante la educación alternativa.
“¡25 años aquí parada, al lado de mi esposo Justo (Méndez Arámburu) siendo parte de la Comunidad de Nuestra Escuela! Siento un escalofrío en el alma al decir esa cifra, porque es mucho más que un número; significa un cuarto de siglo de amor, de entrega y de una fe inquebrantable. Tener fe cuando no hay nada, cuando parece no haber salida, es un regalo que tenemos los seres humanos… Hoy, mientras celebramos esta graduación tan especial, recordemos que esta noche es el eco de 25 años de lucha, de amor, de resistencia y de sueños cumplidos. ¡Qué emoción ver a nuestros graduandos! Son la prueba viviente de que nuestro sueño se hace realidad cada día. Hoy celebramos una comunidad que se ama más allá de las palabras, un sueño que todavía se teje y un futuro que todavía se construye. ¡Que viva por siempre la comunidad de Nuestra Escuela!”, expresó Ana Yrís Guzmán, Presidenta ejecutiva de Nuestra Escuela, que cuenta con centros de educación alternativa en Caguas y Loíza, así como escuelas vocacionales en moda, agricultura, turismo y tecnología.
Los abrazos, lágrimas y mensajes amorosos caracterizaron la graduación que inició con un desfile especial con 25 egresados, que enarbolaban una estrella iluminada, en símbolo de los años que lleva establecida Nuestra Escuela. La mayoría de estos egresados fueron los que en sus respectivos años de graduación recibieron el Premio al Mérito Ana Mercedes Méndez Jiménez, la fenecida hija del cofundador Méndez Arámburu en cuyo honor se originó Nuestra Escuela. Al desfilar muchos reiteraron su agradecimiento y orgullo “por la dedicación, el amor, por ser familia, gracias a Nuestra Escuela por ayudarnos a darlo todo por mi estrella”.
Tras el desfile, Méndez Arámburu se dirigió emocionado al público en el Centro de Bellas Artes de Caguas, diciendo que “en estos días me había golpeado la tristeza al extrañar mucho a Ana Mercedes. Hoy al ver a estos graduados y graduadas de estos 25 años que llegaron hasta aquí, recordé sus 25 victorias, que tuvieron momentos complicados pero demasiado gratificantes con cada uno de ustedes, aun con la candela que me dieron. Desde lo más profundo de mi alma les agradezco por darle sentido a mi dolor y convertirlo en hermoso legado. Compruebo al verlos realizados que todos los esfuerzos valieron la pena. Les amo. Gracias por ser“.
Unos 85 niños, jóvenes y adultos de Caguas y Loíza se graduaron este año de Nuestra Escuela. De esta cantidad 22 eran niños y niñas de Nuestra Escuelita y 63 jóvenes así como adultos de la comunidad obtuvieron su diploma de cuarto año de Nuestra Escuela.
Al desfilar, los graduandos compartieron mensajes cariñosos con sus madres, padres, hermanos, abuelos y familiares. Los más pequeños dijeron: “Mamá, te quero abrazar y jugar contigo por siempre”; “gracias, Abu, te amo con todo mi corazón”; “Papá y mamá, son mis mejores amigos” “gracias, hermano por estar siempre junto a mi y a impulsarme a ser mejor persona”, “gracias, mamá por creer en mí cuando yo mismo dudaba”. Los estudiantes también expresaron mensajes a sus compañeros como “lo logramos”, “luchen por sus sueños”, “nunca se rindan” y “con esfuerzo nos ganaremos el mundo”.
A la graduación acudió el alcalde de Caguas, William Miranda Torre, a quienes los fundadores agradecieron el constante apoyo a Nuestra Escuela. “Hoy es un día de profunda celebración y esperanza. Cada uno de ustedes, queridos graduandos, es testimonio vivo de que la educación transforma, abre caminos y enciende nuevas oportunidades. El surgimiento de Nuestra Escuela es, en sí mismo, una historia maravillosa. Nació de un sueño que trascendió la pérdida y se convirtió en legado: el anhelo de una joven que, con apenas quince años, inspiró a sus padres a crear este espacio que hoy impacta a cientos de familias dentro y fuera de Puerto Rico. Ese legado hoy se renueva en ustedes, queridos graduandos, porque cada paso que dan reafirma que el conocimiento es semilla de futuro”, indicó Miranda Torres. El entregó las Medallas Alcalde por liderazgo a Gyan G. Mulero Huertas, por excelencia académica a Elyann N. Rodríguez Cruz y a la graduanda distinguida, Dayran M. Torres Reyes.
La entrega del Premio al Mérito Ana Mercedes Méndez Jiménez fue uno de los más emotivos de la graduación. Este reconocimiento, por un conjunto de razones de destaque académico, liderazgo y superación, se otorgó a Alondra Nicole Rosado Alejandro. “Me siento orgullosa, no me lo esperaba. Fue muy emocional. A los jóvenes de Nuestra Escuela les digo que sean siempre sean ellos mismos, que se propongan lo que quieran y luchen por sus sueños”, comentó luego Rosado Alejandro, quien ahora continuará estudios universitarios en animación digital.
La alcaldesa de Loíza, Julia Nazario, envió un mensaje a los graduandos de Nuestra Escuela en Loíza con los promedios más altos, que junto al reconocimiento recibieron un cheque con un incentivo: Félix Andino; Ayram Báez; José Antonio Escalera; Mikhail Figueroa; Johanis Hernández; Verónica Llanos; Derrick Pizarro; Bryan Pizarro; y Joselle Rivera.
En esta graduación del 25 aniversario hubo dos reconocimientos especiales, los Premios Quijote, que se confieren a ciudadanos por su compromiso con la labor social de Nuestra Escuela. Este año hubo dos Premios Quijote: uno para el licenciado Juan Carlos Blanco Urrutia, que por largos años ha apoyado a Nuestra Escuela en su carácter personal y desde los cargos que tuvo en el gobierno, así como otro para su esposa Beatriz Polhamus, directora ejecutiva de la Fundación Banco Popular.
Los Premios a la Superación Personal, a estudiantes que superaron obstáculos en sus vidas con actitud positiva para culminar sus estudios, fueron para Gyan Gabriel Mulero Huertas, de Caguas; para Félix Noel Jr. Andino Guerra, de Loíza y para Yaniel Omar Fontánez Cardona, de la comunidad de Caguas.
Guzmán manifestó en su mensaje que “nuestra misión ha sido la de acompañarnos en comunidad, convirtiendo sueños en realidades tangibles para todos los que cruzan nuestra puerta y quieren ver florecer nuestra patria. Nuestros estudiantes, siempre, han sido el centro de todo, la razón de ser de cada esfuerzo y son siempre el motivo de nuestro orgullo más profundo”.