Agrónomo y apicultor, Daniel Pérez Moró
Por: Angélica Soto Ríos
A pesar del riesgo que pueden representar las abejas, como se ha visto en recientes incidentes relacionados con ataques de enjambres, en Puerto Rico su exterminio está prohibido por la ley 112 del 2020 para la Protección y Preservación de los Polinizadores, que reconoce su papel fundamental en la polinización y regulación de los ecosistemas.
“Las abejas pueden representar un peligro mortal, especialmente para las personas que sufren una grave reacción alérgica. Sin embargo, es crucial destacar que las abejas no se pueden matar, ya que son los polinizadores más importantes”, subrayó el agrónomo y apicultor, Daniel Pérez Moró.
El también profesor de apicultura tropical en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, explicó que estos insectos son esenciales para la producción de abejas reinas, miel, cera, propóleo y veneno utilizado para tratar diversas enfermedades. Además, su función en la polinización no se limita al traslado de polen entre flores, sino que también, contribuye a la producción de cultivos agrícolas y mantiene el equilibrio en los ecosistemas, favoreciendo la biodiversidad.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, alrededor del 75% de los cultivos alimentarios requieren, a cierta medida, la polinización llevada a cabo por abejas y otras especies.
Por otro lado, las abejas enfrentan diversos retos que amenazan su supervivencia, como lo evidenció el paso del huracán María, que causó la pérdida del 80% de las colmenas en la isla.
“A pesar de la disminución de estos insectos tras el paso del huracán María, se llevaron a cabo esfuerzos conjuntos con compañías que colaboraron con apicultores, entregando materiales y proporcionando otras ayudas, lo que resultó en un aumento en su población, que hoy continúa siendo positivo”, indicó Pérez Moró.
El apicultor y propietario del Apiario Puente Real, ubicado en Moca, también destacó que el cambio climático, la colocación de antenas y la utilización indiscriminada de pesticidas son factores adicionales que ponen en riesgo a las abejas. Estos factores contribuyen al desarrollo del trastorno de colapso de colonias, lo que ocasiona su desaparición.
“Recomiendo a todas las personas que nos ayuden a preservar estos insectos disminuyendo el uso de herbicidas e insecticidas, sembrando flores que sean una buena fuente de néctar, comunicándose con un apicultor en caso de tener algún problema con abejas y, sobre todo, educándose sobre la importancia de la apicultura y el rol esencial de estos insectos en el medioambiente”, exhortó Pérez Moró.
Con el pasar de los años se ha observado un auge global en el interés por la apicultura y el cuidado de las abejas, lo que lleva a Daniel Pérez Moró a vislumbrar un futuro esperanzador para la conservación de estos polinizadores vitales.