La calidad de los servicios hospitalarios en Puerto Rico, la salud de los pacientes y la viabilidad financiera de las instituciones médicas enfrentar un riesgo significativo debido a los altos costos de servicios esenciales como la electricidad y el agua, y la creciente escasez de médicos y enfermeras.
Ante este panorama la solución pudiese estar en un esfuerzo coordinado entre el gobierno y el sector privado, enfocado en retener profesionales de la salud, reducir los costos operativos y mejorar en infraestructura energética.
“La combinación de altos costos operativos y escasez de personal tiene un impacto directo en la calidad del servicio que los hospitales pueden ofrecer. Los tiempos de espera en las salas de emergencia se alargan, los pacientes enfrentan dificultades para obtener citas con especialistas, y las enfermeras y médicos están cada vez más sobrecargados. Además, la falta de recursos económicos limita la capacidad de los hospitales para invertir en tecnología de punta o en programas de capacitación para el personal, elementos clave para mantener estándares elevados de atención médica”, explicó el Lcdo. Salvador Rovira Rodríguez, experto en derecho de salud y profesor en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.
“Esto, a su vez, afecta la confianza de los pacientes en el sistema de salud y podría llevar a más personas a buscar tratamiento fuera de la isla, exacerbando aún más los problemas económicos locales”, añadió. Para resolver estos problemas, el Lcdo. Rovira Rodríguez recomienda una acción coordinada entre el sector público y privado.
“Algunas soluciones podrían ser aumentar las compensaciones y ofrecer beneficios atractivos para retener y atraer a los profesionales de la salud en Puerto Rico y la implementación de programas educativos que promueven carreras en medicina y enfermería con subsidios para estudiantes y becas. Otra alternativa necesaria es mejorar la red eléctrica y reducir los costos de las utilidades para aliviar la carga financiera de los hospitales”, recomendó el también CEO de la empresa puertorriqueña CredeMtia.
El experto con más de 25 años en la industria de la salud mencionó también que otra solución pudiese ser, “ofrecer incentivos económicos a las facilidades hospitalarias para el pago de las utilidades, tal como se hace en otras industrias. Además, abogar por un mayor apoyo financiero del gobierno federal para compensar las desigualdades en costos y recursos”.
El consumo de energía eléctrica y agua en los hospitales es constante y crítico. Sin embargo, los altos costos, los frecuentes apagones y la inestabilidad en el acceso al agua agravan la situación, obligando a depender de generadores y cisternas, lo que incrementa los costos operativos y compromete la capacidad de respuesta en crisis como huracanes o emergencias de salud pública.
Asimismo, la escasez de profesionales de la salud que, aunque no es un problema nuevo, en los últimos años se ha intensificado drásticamente por la emigración de médicos y enfermeras hacia Estados Unidos, deja a la isla con una oferta insuficiente para atender las necesidades de la población.
“Mientras los altos costos de las utilidades y la escasez de personal sigan siendo una realidad, los hospitales tendrán que luchar para mantenerse a flote y garantizar un servicio de calidad. Sin embargo, con políticas públicas efectivas y el compromiso del sector público y privado, podemos superar estos retos y garantizar un sistema de salud sostenible para todos los puertorriqueños”, finalizó.