Como grave y sumamente preocupante, así se refiere el representante del Distrito 13 (Manatí, Florida, Barceloneta y Arecibo) y también presidente de la Comisión de la Región Norte, Jerry Nieves Rosario, al problema ocasionado por la erosión costera en el Municipio de Arecibo, precisamente en la Carretera 681, que conduce de Barceloneta a la Villa del Capitán Correa. Asimismo, levanta la voz también a nombre de los residentes de Barceloneta y Manatí.
Con lo anterior en mente, acaba de radicar el Proyecto de la Cámara de Representantes 281, junto a la legisladora Carmen Medina Calderón, para que el Gobierno de Puerto Rico atienda la situación con premura.
“Para añadir un inciso (y) al Artículo 5 de la Ley Número 23, del 20 de junio de 1972, según enmendada, conocida como la ‘Ley Orgánica del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), a los fines de otorgarle al DRNA la autoridad legal para intervenir, sin solicitud previa, en situaciones de emergencia, relacionadas con la erosión costera… La intención es que pueda tomar acción inmediata para llevar a cabo mejoras o proyectos de mitigación, a corto plazo”, expone en el documento ya presentado.
De acuerdo con el representante, la situación que se encuentran protagonizando los conductores que transitan por la Carretera 681 es sumamente delicado. Pues, según él, las marejadas ya llegan a la misma.
“Los efectos del cambio climático ya son más que evidentes en la costa del Municipio de Arecibo… ¡El alza en el nivel del mar es constatable! Y, está invadiendo la tierra, amenazando así campos de cultivo, viviendas, carreteras y zonas de ocio, como las playas”, hace hincapié.
“Si el agua sigue subiendo, sin duda alguna, muchos residentes del área se verán obligados a abandonar sus hogares y mudarse a otra zona”, insiste.
“Algunos de los puntos claves para la erosión costera son: el Cambio Climático, es decir, el aumento en el nivel del mar e intensificación de tormentas, oleaje constante, en otras palabras, Arecibo, con su costa expuesta al Atlántico, sufre del embate constante del oleaje fuerte, y pérdida de vegetación costera, en otras palabras, la deforestación de dunas y manglares reduce la protección natural contra la erosión”, explica.
