Por Migdalia González.
Exsenadora y expresidenta de la Comisión de Asuntos de las Mujeres.
Gobernadora Jenniffer González Colón: los jóvenes de Puerto Rico la observan. En estos días críticos, en los que el aumento de la violencia y la desigualdad sacuden el tejido social, necesita ser un faro de moderación, apertura y respeto.
Recientemente, durante una conferencia de prensa, usted calificó como “irrespetuoso” a un fotoperiodista de NotiCel que preguntó, con respeto, sobre un documento relacionado con violencia de género. Luego lo mandó callar y dio por concluido el intercambio. Ese acto no es sólo un gesto aislado; es un mensaje poderoso, que llega a oídos jóvenes en formación.
Adolescentes y jóvenes universitarios toman nota de cada gesto de liderazgo. Cuando un gobernante cierra filas frente a preguntas incómodas, fija un patrón: el poder se ejerce con intolerancia, no con diálogo. Eso —señora gobernadora— es lo que está en juego: la cultura del respeto, la apertura y la democracia, valores que deberían ser enseñados desde la vidriera más alta.
Esta no es solo una invitación: es una solicitud pública. Cuando la gobernadora abraza la crítica, responde sin evasión y se muestra cercana a la prensa —pilar de la democracia que cumple con el deber de cuestionar y fiscalizar—, los jóvenes reciben un mensaje claro: el poder y la crítica pueden convivir, y en esa convivencia florece la madurez cívica.
Como se ha señalado desde NotiCel, “una pregunta puede ser incómoda, como en esta democracia, el escrutinio público es un deber, no una falta de modales”. Y la Asociación de Periodistas de Puerto Rico repudió lo ocurrido, calificándolo de “ataque destemplado”. Recordó, además, que “el deber de los gobernantes es proveer la información necesaria aun cuando las preguntas les resulten incómodas” .
Gobernadora, los jóvenes merecen algo más que respuestas. Merecen ejemplo, coherencia y humanidad. Ellos podrían sentirse más seguros con un liderazgo que, en vez de cerrar conversaciones, las abra. Que escucha frente al cuestionamiento, que responde en vez de rechazar, que explica en vez de condenar. Porque de esos modelos vive la próxima generación.
Puerto Rico necesita una gobernanza que refleje los valores que queremos instaurar: moderación, civismo y respeto mutuo. Usted tiene la responsabilidad de hacer de ello la norma. No es un favor: es el deber de quien ocupa el más alto cargo en nuestro gobierno.