Por: Awilda Abreu Exia, MSW
Todos sabemos la gran cantidad de accidentes automovilísticos que ocurren en nuestras carreteras. Aunque no conozcamos a los perjudicados nos impacta en gran manera y especialmente cuando son jóvenes comenzando a vivir. Tal fue el caso de los tres jóvenes estudiantes del Recinto Universitario de Mayagüez fallecidos en un accidente recientemente. Y también las dos hermanas de Añasco, una de ellas en estado de embarazo. También murió un joven al impactar una vaca en Luquillo. Estos tres ejemplos ocurrieron en una semana. Son muchas las razones para dichos accidentes. Algunas causas para los accidentes automovilísticos son: Guiar a exceso de velocidad, no obedecer las señales de tránsito, van ebrios o drogados, uso del celular mientras conducen (van texteando), van regateando, haciendo zigzag, distracción, entre otras. Siempre he pensado que muchos conductores cuando van a sacar su licencia de aprendizaje hacen un examen excelente y también cuando hacen el examen práctico. Pero una vez tienen la licencia se olvidan de toda la teoría y creen que el automóvil es de goma. Otros hasta guían sin licencia y ocasionan accidentes.
Hay que ser bien responsables. Un auto es como un arma. Pero muchas personas, especialmente los jóvenes, piensan que nada les va a ocurrir, como si fueran invulnerables. Sin embargo vemos como éstos muchas veces ocasionan accidentes de los cuales salen ilesos, pero causan gran dolor en los familiares de la persona fallecida. O en otros casos en el accidente la persona resulta gravemente herida y hasta queda confinada a un sillón de ruedas de por vida. En su gran mayoría son personas inocentes a las cuales un conductor irresponsable les quitó la vida o los dejó encamados o en sillón de rueda. Hay que actuar responsablemente cuando se está al frente de un volante. Un accidente ocasiona daños, sufrimiento a todas las partes, no solamente a los involucrados. A veces por un rato de diversión luego viene el sufrimiento. No podemos olvidar que “cada acto tiene su consecuencia”, sea buena o mala.
Podemos evitar los accidentes automovilísticos siendo responsables, pensando en quienes van con nosotros, en nuestra familia, seres queridos y también en los que van a nuestro alrededor en las carreteras. A menudo personas inocentes pierden la vida por un conductor irresponsable. Hay que obedecer las señales de tránsito, pasar la llave, o sea, no guiar si ha bebido o consumido alguna sustancia. Hay que recordar la famosa campaña “Si bebe no guíe y si guía no beba”. ¡Ojalá todos lo cumplieran! Hay campañas para evitar los accidentes automovilísticos, pero muchas personas hacen caso omiso. Se debe continuar esas campañas y concienciar a las personas. También considero que deben haber leyes más fuertes y hacer que se cumplan.
No queremos más luto en las familia. Tampoco queremos más niños huérfanos porque un conductor le quitó la vida a su papá o mamá. Si salen a celebrar y van a beber actúen de manera responsable. Es tan irresponsable quien guía en estado de embriaguez como quien viaja con una persona ebria. No lo dejemos guiar, que guíe otro que sí pueda hacerlo. Estamos perdiendo a nuestros jóvenes. Puerto Rico los necesita saludables, responsables, empáticos, luchadores, dispuestos a formar un mejor país. No queremos más vidas tronchadas debido a los accidentes automovilísticos. Les pido que reflexionen un momento: ¿Qué puedo hacer para evitar los accidentes automovilísticos? Si todos ponemos nuestro “granito de arena” esto puede mejorar.
