“La estrategia energética del Gobierno ha colapsado en medio de la temporada de huracanes.
El pueblo de Puerto Rico está pagando el precio por la falta de planificación y ejecución de un gobierno que tuvo tiempo, tuvo advertencias, y ahora enfrenta las consecuencias de sus decisiones.
En marzo, advertí que el sistema eléctrico colapsaría este verano si el gobierno no aseguraba generación temporera a tiempo. Como era cuesta arriba conseguir esa generación temporera a tiempo, propuse que preparara un Plan B de transparencia y mitigación para los relevos de carga. El gobierno no lo hizo.
En mayo, pedí que el gobierno protegiera los más de 300 millones de dólares en fondos federales para energía solar. Estos fondos hubieran aportado diversidad y resiliencia al sistema energético. El gobierno trabajó con la administración Trump para reasignar esos fondos.
En junio, alerté sobre las irregularidades en el proceso de subasta para la generación temporera y reiteré la necesidad urgente de un Plan B porque veía que no estábamos preparados. El gobierno no actuó.
Hoy, lamentablemente, los medios confirman todas las advertencias que hicimos desde el Congreso. La unidad #2 de Aguirre quedó fuera de servicio y tenemos un déficit de generación que provocará relevos de carga. Los tribunales han paralizado los contratos de generación temporera debido a irregularidades en los procesos.
La Junta de Supervisión Fiscal canceló el contrato defectuoso que el gobierno firmó con New Fortress. En aparente represalia, la empresa ha suspendido el suministro de gas, agravando la crisis y enfatizando la importancia de tener diversas fuentes de energía, como la solar para la cual el gobierno renunció a más de $300 millones. Como si fuera poco, dentro de esta crisis, el gobierno accedió a subir el costo de la luz, después de negar que lo haría.
Puerto Rico no merece este desorden. Continuaré trabajando desde el Congreso para resolver nuestra crisis energética y abaratar nuestro costo de vida”
