Padre Daniel Hernández Vélez de la Parroquia San Germán de Auxerre
Por: Angelica Soto Ríos
Una semana después de recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, el Padre Daniel Hernández Vélez, de la Parroquia San Germán de Auxerre, compartió cómo en el pasado se vivía la tradición de la Semana Santa.
Como indicó el párroco, esta conmemoración se celebra desde los inicios del cristianismo, y en sus comienzos, la Pascua era la celebración litúrgica principal.
“La Cuaresma era un tiempo de preparación para la Pascua y estaba vinculada al bautismo. También era un periodo de reconciliación para los pecadores públicos, ya que así podían participar plenamente de la Pascua, que celebra el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado”, explicó.
Según el Padre Hernández Vélez, durante esta semana las personas vivían en mayor recogimiento: guardaban silencio, evitaban hablar en voz alta o gritar, y se abstenían de trabajar. De igual manera, había mayor conciencia sobre las prácticas penitenciales, como el ayuno y la abstinencia de carne. Incluso, los medios de comunicación adaptaban su programación para reflejar el sentido de lo que se conmemora.
“No podemos olvidar que entre las prácticas devocionales más importantes de Semana Santa se destacaban las procesiones del Santo Entierro, la de la Soledad y el Santo Encuentro, que ponen de manifiesto nuestra condición de caminantes peregrinos y reflejan una vivencia de fe. Además, antes, las personas mostraban una mayor disposición para el sacrificio”, sostuvo.
Asimismo, el párroco mencionó que, en el pasado, la sociedad era mayormente cristiana y la vivencia de esta semana tenía un carácter más comunitario, familiar y social. Sin embargo, consideró que con la influencia de las redes sociales se ha ido perdiendo el sentido colectivo, lo que ha llevado a que muchas personas vivan este tiempo de forma más individual, desconectada de su dimensión espiritual.
“Hoy día a la gente le cuesta ser una comunidad, porque estamos en nuestros mundos de las redes sociales. Aunque la tecnología puede ser una ventaja para acercarse cuando no se puede estar presente físicamente, no sustituye la experiencia vivida en comunidad. Sin ese encuentro, es posible que se vea afectado el sentido de celebrar la Semana Santa como colectividad”, comentó.

Una de las prácticas devocionales más importantes eran las procesiones del Santo Entierro, Soledad y Santo Encuentro
Actualmente, la Iglesia enfrenta el reto de mantener la espiritualidad en un contexto marcado por la inmediatez y la búsqueda de resultados rápidos. Según el Padre Daniel Hernández Vélez, este ritmo de vida ha debilitado en muchos la esperanza. Por esta razón, aseguró que procura adaptar la forma en que comunica el mensaje sobre la importancia de este tiempo, con el fin de que prevalezcan el amor, la fe y la esperanza.
“Es importante tomar conciencia del amor de Cristo y caminar convencidos de que la vida tiene un propósito. Por eso, aconsejo sacar tiempo para la oración, crear espacios de silencio, leer textos espirituales, rezar el viacrucis, practicar obras de caridad, buscar la reconciliación y confesarse. Todo esto ayuda a sintonizar mejor con Dios y a mantener viva la espiritualidad”, indicó.
Además, destacó que contemplar el sentido de la Semana Santa todos los días del año puede iluminar cada aspecto de la vida cotidiana.