viernes, noviembre 15, 2024
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Ana Irma Rivera Lassén: “Debemos empoderarnos como la oposición que somos”

Por Cristina del Mar Quiles | Todas y Centro de Periodismo Investigativo

Ana Irma Rivera Lassén se dirigía al grupo de periodistas que transitaban a pie entre el Comité Nacional del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), en el Paseo de Diego, en Río Piedras, y el comité del candidato a alcalde de San Juan, Manuel Natal Albelo, al inicio del paseo. Eran las 7:00 p.m. del 5 de noviembre, día de las elecciones generales en Puerto Rico.

Apenas había alumbrado entre uno y otro edificio de lo que alguna vez fue el corredor comercial más importante del área metropolitana. En ese tramo, vive muy poca gente. Por el día, pocos locales están abiertos.

Había esa noche, a esa hora, un puñado de seguidores, jóvenes principalmente, que entre su catálogo de esperanzas guardaban la idea de que ese espacio social y comercial pudiera resurgir y volver a parecerse a aquello que les contaron sus abuelos. 

Ya se asomaban los primeros resultados de los comicios que habían culminado dos horas antes, a las 5:00 p.m., y colocaban a Rivera Lassén en la tercera posición, en la que finalmente quedó, en su carrera al cargo de comisionada residente en Washington. 

Era muy temprano para establecer una tendencia, repitió Rivera Lassén varias veces, en respuesta a las preguntas de periodistas que insistían en declaraciones sobre resultados. 

Para quienes pusieron su voto en la Alianza de País, — el junte entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el MVC —, el optimismo se iba desvaneciendo. Pero Rivera Lassén, acostumbrada a las luchas desde los márgenes y los grupos de minorías, quería transmitir optimismo. 

“No importa lo que pase, hemos hecho historia”, estableció desde el Paseo de Diego.

Ana Irma Rivera Lassén durante una de las conferencias de prensa que ofreció el día de las elecciones, en la sede del Movimiento Victoria Ciudadana. Foto por Vanessa Serra Díaz | Unidad Investigativa de Género

El 22 de octubre de 2019, mucho antes de que cuajara la idea de una alianza con el PIP, el MVC ubicó un podio frente a la Escuela Ana Roqué de Duprey, en Río Piedras, cerrada tiempo atrás, para anunciar que el entonces recién creado partido postularía mujeres en al menos el 50% de las candidaturas de la colectividad de cara a las elecciones generales de 2020. 

Alexandra Lúgaro, como candidata a la gobernación, encabezaba un grupo diverso que incluía a Rivera Lassén y a Mariana Nogales, como candidatas a senadora y representante por acumulación, respectivamente. 

La conferencia fue, a propósito, frente a aquella escuela cerrada. Roqué de Duprey fue una de las sufragistas puertorriqueñas que, junto con otras, luchó por el derecho al voto de las mujeres en Puerto Rico, además de ser astrónoma, fundadora de periódicos feministas y una de las botánicas más importantes de su época. 

“Esta escuela está cerrada, como cerrado está el paso de las mujeres en la política”, dijo entonces Rivera Lassén, flanqueada por alrededor de 40 mujeres.

Poco más de cinco años han pasado desde ese anuncio. Entretanto, Victoria Ciudadana logró, con ella y con Nogales, que el 50% de su representación en la legislatura fueran mujeres. Más que el hecho de ser mujeres, ambas asumieron en su agenda la defensa de las mujeres y comunidades LGBT+ y de sus derechos sexuales y reproductivos.

Para las elecciones de 2020, Rivera Lassén se presentó al país como una de las fundadoras del MVC y su presidenta. En mayo de 2024, retomó la principal posición del partido, la de Coordinadora General, equivalente a lo que antes era la presidencia. 

“Pasar este tiempo en la legislatura y ahora en el puesto que aspiro de comisionada residente, que es otro punto de vista, me parece que me da una visión mucho más completa, no solamente de los problemas del país, sino de los retos que tiene este país para progresar”, reflexionó Rivera Lassén, la mañana de este 5 de noviembre, de camino a su centro de votación, la Escuela Eleanor Roosevelt, en Hato Rey.

Uno de los retos que nombró fue la corrupción, y ese fue uno de los mensajes clave de su campaña como aspirante a representar a Puerto Rico en Washington. 

“Este es un momento donde Puerto Rico tiene un montón de dinero y no se está usando. No se está usando porque simplemente no hay la voluntad del Gobierno para hacer lo que tiene que hacerse y se está llevando el dinero para contratos que no son necesariamente para lo que se tiene que usar. Algunas veces, hay que devolverlo y yo creo que este es un momento en el que la gente tiene que decir: ‘¡Basta! Esto no puede ser’”, sostuvo.

La candidata propuso crear una aplicación para que la gente pudiera seguirle el rastro al dinero federal. 

La senadora Ana Irma Rivera Lassén, a su llegada a su centro de votación, la escuela Eleanor Roosevelt, en Hato Rey, y la exconcejala de la ciudad de Nueva York (a su izquierda) Melissa Mark Viverito, una de las personas que la acompañaba.  
Foto por Vanessa Serra Díaz | Unidad Investigativa de Género

A las 10:15 a.m. del día de los comicios, el entusiasmo en su rostro y en su tono de voz era evidente, pero también afloraban las preocupaciones. La candidata ya había recibido información de las largas filas en los centros de votación y de electores que aparecían en las listas con direcciones viejas.

“Lo importante es que la gente no deje las filas, que vaya a votar y que exija que le pongan listado [añadido] a mano o lo que sea. Yo creo que esas y otras irregularidades las vamos a estar viendo”, contó en nuestro primer encuentro del día. “Obviamente, me preocupa”, soltó.

A esas preocupaciones, se sumaban la incertidumbre o la falta de confianza en el proceso electoral. Pero a esa hora de la mañana, el mensaje de Rivera Lassén, y de la mayoría de los políticos con un micrófono y una cámara transmitiendo en directo, era de calma, paciencia y persistencia en las filas hasta que cada cual pudiera votar. 

La Alianza de País, resaltó Rivera Lassén, es un hito. 

Llovió temprano. Cuando Rivera Lassén llegó a su centro de votación, ya había escampado.

Se bajó del auto que conducía la exconcejala de la ciudad de Nueva York, la puertorriqueña Melissa Mark Viverito, a quien la une un lazo casi familiar. Mark Viverito es la hija de Elizabeth Viverito Mark, ícono feminista y una de las cofundadoras, en 1974, de la revista feminista de la que Rivera Lassén también fue parte, El Tacón de la Chancleta.

Rivera Lassén caminó hacia su colegio acompañada por su esposa, la socióloga Elizabeth Crespo Kebler, con quien tiene una relación de más de 33 años; saludó a varios electores que le demostraban su apoyo y entusiasmo, y atendió a los periodistas que allí la esperaban.

La candidata a comisionada residente en Washington por la Alianza de País votó en la Escuela Eleanor Roosevelt, en Hato Rey, donde requirió ayuda de funcionarios porque la máquina no leyó una de sus papeletas en el primer intento. 
Foto por Vanessa Serra Díaz | Unidad Investigativa de Género.

Luego de votar y enfrentar los mismos problemas que cientos de puertorriqueños denunciaron  en las redes sociales — la lentitud de la única máquina en su colegio y que esta no leía sus marcas — regresó a su casa.  

Allí, en la sala, estaba la evidencia del activismo político que ha marcado la vida de la pareja en los últimos meses: documentos, libros, pancartas y carteles con su foto y con su nombre. Sobre la mesa, stickers que la muestran en su juventud y que son prueba de su militancia feminista desde temprano en su vida.

Rivera Lassén se sentó en el sofá, bajo un cuadro de Myrna Báez. Crespo Kebler no dejó pasar por alto el simbolismo de la artista que puso a las mujeres en el centro de su obra. Crespo Kebler, catedrática de la Universidad de Puerto Rico en Bayamón, resaltó que El Tacón de la Chancleta fue el primer medio en entrevistar a Myrna Báez como protagonista destacada de las artes. La entrevista la hizo Rivera Lassén en 1974. 

En la mesa al lado del sofá, hay una foto enmarcada en blanco y negro de Rivera Lassén y de Crespo Kebler mirándose de frente. La belleza de ese retrato del matrimonio es una oportunidad para resaltar el significado de la candidatura de Rivera Lassén, la primera mujer negra, feminista y lesbiana en la papeleta ejecutiva. 

Rivera Lassén junto a su esposa, Elizabeth Crespo Kebler, socióloga y catedrática de la UPR en Bayamón. 
Foto por Vanessa Serra Díaz | Unidad Investigativa de Género

Durante el cierre de campaña de la Alianza, que reunió a miles, cuando Rivera Lassén tuvo el micrófono en mano y se dirigió a los simpatizantes que hasta allí llegaron, dio un agradecimiento especial a su esposa, a quien mencionó con su nombre. Los vítores de la gente subieron de tono. 

“Yo he sido una persona muy libre. Todos los espacios que he ocupado, los he ocupado desde la libertad de decir todas mis identidades. Esta no es la excepción”, contó. Quizás, por eso, la respuesta al simple hecho de ser una mujer diciendo, ante miles de personas, las palabras “mi esposa” fue algo que no se esperaba. 

“Todos los políticos y las políticas hablan siempre de sus esposos y sus esposas. Yo siempre hablo, pero quería que se supiera con el nombre, para que no hubiera duda de sobre quién yo estaba hablando”, explicó.

“Sé que la gente lo recibió muy bien porque oí el aplauso. En ese público, no solo había personas de la comunidad, sino familias que tienen familiares de la comunidad (LGBT+), las personas que son abiertas a estos temas, y era un mensaje de inclusión. Eso, para mí, es una de las cosas que había que hacer”, afirmó. 

Rivera Lassén estableció el contraste entre ella y la actual comisionada residente, Jenniffer González, ahora gobernadora electa. 

“Soy una mujer negra, soy abiertamente de la comunidad LGBTTIQ y estoy recibiendo endosos que antes no se les daban a personas en este puesto”, subrayó. Durante su campaña, Rivera Lassén obtuvo el apoyo de las congresistas demócratas puertorriqueñas de Nueva York, Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio-Cortez. Además, la apoyaron los congresistas demócratas de Illinois Delia Ramírez y Chuy García, así como el demócrata de California Ro Khanna.

Pero, en una sociedad todavía machista, racista y homófoba, Rivera Lassén también enfrentó obstáculos que su compañero de papeleta, Juan Dalmau, no tuvo que afrontar. El conteo de votos de la noche del evento reflejó que 370,904 electores votaron por Dalmau, 33% de los votos a la gobernación. Rivera Lassén obtuvo 107,888, 10% de los votos para la candidatura de Comisionado Residente.

Su campaña llevó el lema “Mi causa es Puerto Rico”.

“Eso resume lo que yo he hecho toda mi vida, luchar por los derechos humanos y civiles de todas las personas en el contexto de trabajar hacia una sociedad inclusiva”, aseguró. La frase, dijo, es también una evolución de su campaña anterior, como senadora por acumulación: “Fuerza en la diversidad”. 


Sobre la mesa de la sala de Rivera Lassén y Crespo Kebler, se muestra parte del material de campaña política de la candidata, incluidos stickers con fotos de su juventud. Foto por Vanessa Serra Díaz | Unidad Investigativa de Género

Rivera Lassén resaltó que el apoyo a la Alianza no tenía que estar condicionado por una preferencia de estatus político. Su trabajo se enfocaría en obtener los fondos federales que le corresponden a Puerto Rico, procurar su buen uso y rendir cuentas. También, incluyó a la diáspora en su campaña, pues, si bien Puerto Rico no tiene voto en el Congreso de los Estados Unidos, los puertorriqueños que viven en Estados Unidos — un estimado de 6 millones —, sí tienen congresistas que los representan y que pudieran poner a Puerto Rico en sus agendas. 

La candidata dio continuidad a la defensa de los derechos humanos y civiles que la han dado a conocer como activista y abogada. Enfrentó a la candidata del partido ultraconservador Proyecto Dignidad (PD), Viviana Ramírez, una consultora administrativa y de recursos humanos que se definió a sí misma como republicana conservadora y es afín con las políticas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Ramírez obtuvo 5% de los votos.

Rivera Lassén sabía, desde el inicio de Victoria Ciudadana en el 2019, que a la par con el nacimiento de la colectividad que cofundó, nacía otro partido muy conservador ante el que habría que estar “vigilantes”. 

“Yo me pregunto si se dan cuenta de que, a medida que siguen con ese discurso [antigénero y antiaborto], se borran a sí mismas. Si tú no reconoces la perspectiva de género, estás negando las luchas que llevan a la participación política de las mujeres. Están negando las razones por las que están ahí [en el escenario político], aunque sea para hablar en contra de los derechos de las mujeres”, reflexionó.

“El que sean mujeres no me sorprende”, dijo en referencia a Ramírez, así como a las legisladoras reelectas del PD Joanne Rodríguez Veve y Lisie Burgos. “Tenemos que seguir llevando el mensaje de que las mujeres no debemos ser excluidas del proceso solo por ser mujeres, pero no es exigirles a las mujeres más de lo que les exigimos a los hombres. Todas las personas tienen que tener conciencia de género y compromiso con los derechos de las mujeres en todas nuestras diversidades”, agregó.

El quiebre del bipartidismo fue uno de los objetivos que la Alianza estableció en sus inicios. Aunque no ganó, consiguió relegar al Partido Popular Democrático (PPD) a una tercera posición en la carrera por el puesto más importante del país. Sin culminar el escrutinio, la votación refleja que Dalmau ganó la contienda en 13 municipios. En otros dos, la diferencia entre Dalmau y González fue de menos de 100 votos. 

Ana Irma Rivera Lassén a la espera de los resultados, el día de las elecciones. Foto por Vanessa Serra Díaz | Unidad Investigativa de Género

Después de atender a los periodistas en el Comité Nacional de MVC, Rivera Lassén caminó hasta la esquina con la avenida Ponce de León, donde se ubica el comité de campaña de Manuel Natal. Allí, estaba colocada una tarima con equipo de sonido, listo para una celebración que no ocurrió, pues los resultados preliminares daban como vencedor al incumbente en el ayuntamiento sanjuanero, Miguel Romero.

Pasaban por allí simpatizantes de la Alianza y también simpatizantes de Jenniffer González.

Su mensaje no cambió. “Estamos haciendo un esfuerzo desde una esperanza, pero por el amor por Puerto Rico. Y eso nunca lo podemos olvidar. Nos tenemos”, dijo Rivera Lassén.

En los rostros de quienes escuchaban era cada vez más evidente que el contexto para poner esa esperanza y amor por Puerto Rico en práctica iba a tener que ser otro.  

Los números, apuntó, eran todavía muy preliminares.

“La tendencia es que estamos aquí hoy y que le hemos enseñado al pueblo de Puerto Rico que no hay que votar como nos han dicho que tenemos que votar y nos hemos atrevido a hacer algo distinto”, destacó. 

“La Alianza llegó para quedarse y tenemos un libro en la historia política que lo estamos escribiendo” afirmó. 

Tres días después, Rivera Lassén ya había iniciado la planificación de lo que, anticipó, será un proceso de evaluación al interior del MVC, tanto de la ejecutoria del partido que lidera como de la Alianza.

Una cosa está clara: “La Alianza sigue”. Fue el mismo mensaje que llevó Dalmau a través de una transmisión en vivo el sábado en sus redes sociales. 

Al final, MVC perdió los cuatro escaños legislativos por acumulación que había logrado en las pasadas elecciones. Antes del escrutinio general, se mantenían en la carrera a la Cámara de Representantes Adriana Gutiérrez,del PIP, por el precinto 4 de San Juan, y Joel Vázquez Rosario y Eva Prados, de MVC, por los precintos 2 y 3 de San Juan, respectivamente.

“Somos la segunda fuerza política del país”, estableció para subrayar que no es solo el PIP, sino la Alianza. “Tenemos que posicionarnos de ahí. Desde ahí, vamos a estar haciendo oposición. Ese es el mandato que nos dio el pueblo de Puerto Rico”.

Al analizar cómo mucha más gente votó por Dalmau que por ella, destacó que Dalmau ganó muchos votos mixtos. Es decir, populares que votaron por él, dejándole al candidato ganador, Pablo José Hernández, su voto para comisionado residente.  

“Estoy consciente de que yo entré a la contienda bastante tarde. Me pasé luchando por mi derecho a estar en la papeleta”, dijo. “Quienes nos sacaron de las papeletas [a los del MVC] fue la gente que nos llevó a los tribunales”, señaló, refiriéndose a la demanda que presentaron legisladores populares y que, finalmente, se decidió a favor de Rivera Lassén en el Tribunal Supremo.

Añadió que mucha gente acostumbrada al voto íntegro no entendió que votar por Dalmau no significaba, automáticamente, un voto por ella. 

Como parte de esa evaluación, para Rivera Lassén es imposible descartar el racismo, la homofobia y la misoginia. 

“Hay muchas razones y muchas explicaciones. Muchas cosas que tenemos que mirar hacia un futuro de la puesta en marcha de la Alianza, cosas que hay que hacerlas más sencillas. Van a salir evaluaciones muy interesantes”.

Ante los resultados, la coordinadora general del MVC llamó a la unidad entre su partido y el PIP. “Los candidatos del PIP son los candidatos de la Alianza”, recordó. 

Algunos resultados, además, fueron riesgos calculados, subrayó: “Sabíamos que el riesgo de no quedar inscritos era parte de lo que estábamos poniendo sobre la mesa. Sabíamos que iba a pasar. Ahora, tenemos que ver cuánto de lo que resultó está dentro del margen de lo que habíamos calculado y cuáles son las lecciones que tenemos que aplicar hacia el futuro”.  

Para Rivera Lassén, los resultados tienen que mirarse con optimismo. No solo porque son históricos y muestran la posibilidad de una nueva forma de hacer política. También, porque la victoria de González como gobernadora, al mismo tiempo que Trump ganó la presidencia de Estados Unidos, y la selección de Thomas Rivera Schatz y de Carlos “Johnny” Méndez como presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes, permiten prever más de las políticas en detrimento de la educación pública, de la salud, del ambiente y en contra de los derechos civiles y humanos. 

“Debemos empoderarnos como la oposición que somos en este momento. No lo éramos. Hay que asumir eso y lo podemos hacer desde el poder que nos ha dado este agrupamiento de fuerzas bajo la Alianza. Las cosas, a veces, tardan un poco, pero el progreso ha sido consistente. Vamos a seguir avanzando”.

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