Por Edgar León Ayala.
El pasado sábado, 29 de noviembre del 2025, la Sultana del Oeste se vistió de luces para recibir la Navidad. El cartel era de ensueño: Julio Sanabria para calentar el ambiente, la voz profunda de Danny Rivera prometiendo momentos de reflexión y la inigualable «Universidad de la Salsa», El Gran Combo de Puerto Rico, listo para reventar la pista.
Todo iba de maravilla: el olor a frituras, la música resonando, y nuestros queridos mayores—los verdaderos estrategas del ocio— llegando desde las 3 PM con sus sillitas de playa. Estos comandos de élite aseguraron sus posiciones frontales para absorber cada nota sin interferencia, preparándose para la dosis anual de «El Gran Combo» en vivo.
Ah, pero la noche tenía reservadas sus sorpresas, una epopeya que demuestra que ni la melodía de Danny Rivera logra penetrar el muro de la desconsideración.
El Desafío de Ver a Danny Rivera a Través de un ‘Smartphone’
La física nos dice que la voz del cantor es etérea y sublime, pero en el Encendido de Mayagüez 2025, la Desconsideración Colectiva demostró ser una fuerza más densa que el vapor.
Mientras el público sentado se preparaba para la parte cumbre de la noche, empezaron a aparecer los recién llegados. No contentos con pararse en los márgenes, estos individuos, con la determinación de un conquistador, se plantaron justo enfrente de las filas de sillas, bloqueando la vista de nuestros héroes de la tercera edad.
Imaginen la escena: usted, con su presión arterial calmada por la elegancia de Julio Sanabria, listo para que Danny Rivera le cantara al alma, y de repente, su visión es reemplazada por una espalda que parece un rascacielos personal.
La Plaga del Brazo Extendido: El Muro Móvil de la Salsa
Pero si la espalda era un problema, el celular se convirtió en la prueba final para el amor propio. A medida que El Gran Combo subía a tarima, se desató la plaga del Videógrafo Aficionado Impertinente. Empezó con uno, luego dos, y en segundos, la primera fila de la audiencia sentada se convirtió en un muro de brazos estirados y palos telescópicos, grabando frenéticamente a Los Mulatos del Sabor.
¡El Colmo! El público llegó temprano para ver al Gran Combo, ¡y lo que obtuvieron fue una vista privilegiada de la pantalla de 6.7 pulgadas de un extraño! La gente que llegó temprano terminó viendo el concierto en vivo, pero a través de un teléfono ajeno.
El Baile del Fondillo, el Trago y la Falta de Ritmo Social
Para añadir más sabor (y más bloqueo), llegaron las parejas de bailarines frustrados. Con su trago en mano, que servía más como escudo que como bebida, practicaron sus pasos justo en la línea de visión. Mientras El Gran Combo tocaba «No Hay Cama Pa’ Tanta Gente», ellos lo aplicaron literalmente a la vista de los sentados, ofreciéndoles un «primer plano» de su anatomía trasera (o fondillos) de forma constante. ¡Un espectáculo lateral que nadie ordenó!
¡A la Carga, Policía! (Tercera Parte: La Evasión Maestra)
Una vez más, los ancianos intentaron un último y desesperado grito de auxilio. Ante la evidente falta de filtro social, se llamó a la Policía Municipal.
Lo que sucedió a continuación fue una coreografía de evasión magistral, digna de un sketch de comedia. Los agentes, al ver que la tarea era tan impopular como quitarle el trago a un salsero, optaron por la Táctica del Escondite Estratégico 3.0. Se evaporaron, dejando a nuestros héroes de la tercera edad a merced de los gigantes de celular y los bailarines de trasero alegre.
La única que sí fue intervenida fue una audaz mujer que, cual ninja, que casi intentó subirse a la misma tarima. ¡Ella sí recibió la atención policial! Demostrando que, al parecer, solo interrumpir la actuación de El Gran Combo garantiza una respuesta.
Preguntas para la Reflexión Navideña: ¿Cultura o desconsideración?
Amigos mayagüezanos, la pregunta persiste (y se hace más fuerte cada año): ¿Es cultura o es desconsideración?
• ¿Es culpa de los ciudadanos, o es un fallo de diseño del evento por parte del Municipio?
• ¿No podría el Municipio de Mayagüez considerar la instalación de una área elevada para que los fotógrafos y los bailarines tengan su espacio sin arruinar el disfrute de quienes honraron su evento llegando temprano?
El Encendido 2025, con la majestuosidad musical de Sanabria, Rivera y El Gran Combo, fue un éxito artístico, pero un fracaso rotundo en la cortesía social.
Que esta Navidad, además de encender las luces, encendamos la llama de la consideración. ¡La próxima vez, habrá que llevar una nota del médico que certifique el derecho a la vista despejada!
