Organización COCOPR en la restauración de mangles
Por: MELANY MERCADO
La erosión costera continúa afectando varias zonas del litoral isabelino, provocando preocupación en las autoridades municipales, organizaciones ambientales y comunidades costeras. Aunque el fenómeno no representa una amenaza inminente para comunidades residenciales, sí está dejando huella en la infraestructura, la biodiversidad y los usos recreativos del espacio marítimo terrestre.
El alcalde de Isabela, Miguel “Ricky” Méndez, señaló que las áreas más vulnerables actualmente son las cercanías de la Villa Pesquera, el Paseo Lineal en la playa Middles, un tramo de la carretera PR-466 cerca del restaurante Pelican Reef, y la servidumbre del tren en el túnel del Guajataca.
“La costa es cambiante siempre. En unas áreas se ha depositado arena y en otras, como las que mencioné, se han erosionado. Pero es algo cíclico y afectado por eventos naturales”, explicó el mandatario municipal.
Aunque la respuesta estatal y federal ha sido limitada, Méndez indicó que el municipio ha tomado varias iniciativas para mitigar los efectos del cambio costero. Estas incluyen campañas de educación comunitaria, acuerdos colaborativos con organizaciones como COCOPR, Surfrider y Mi Patria para el desarrollo de propuestas de fondos, enmiendas al Plan de Mitigación Municipal y al Plan de Ordenación Territorial, así como esfuerzos con FEMA para proyectos relacionados con desastres naturales.
Entre las medidas consideradas se encuentran la construcción de muros en áreas críticas, el depósito de arena, la siembra de mangles y otras especies nativas. “Como no hay comunidades en peligro inminente, la respuesta externa es vaga. Sin embargo, sí hay una gran conciencia por parte de grupos estudiantiles y turísticos”, añadió el alcalde. A largo plazo, se propone seguir fortaleciendo la educación ambiental y los proyectos para desarrollar dunas y vegetación costera.
Por su parte, la organización comunitaria COCOPR (Comunidad y Cambio Climático en Puerto Rico) confirmó que la erosión ha sido evidente en diversas zonas de Isabela, especialmente entre la playa Villa Pesquera y Shore Island, Playa Las Golondrinas y Playa Jobos. Atribuyen el deterioro a factores como el alza en el nivel del mar, la construcción de infraestructura impermeable en la zona marítimo terrestre, la falta de planificación costera con visión ecológica y la exclusión de las comunidades en los procesos de toma de decisiones.
“La erosión costera no solo es la pérdida de anchura de playa, sino también un cambio en su composición. Esto afecta directamente a la biodiversidad, incluyendo especies como las tortugas marinas que ya no encuentran áreas para anidar. También se ven impactadas aves migratorias y nativas, y se erosionan los lazos comunitarios que se desarrollan en torno a actividades como el buceo, el paddle board y el uso del paseo lineal, que ya muestra un deterioro severo”, expresó la organización en entrevista con este medio.
COCOPR ha desarrollado varias estrategias de mitigación desde un enfoque educativo y ecológico. Entre estas destacan el desarrollo de un vivero de plantas costeras en la antigua escuela Luis Muñoz Rivera, talleres de concienciación en escuelas y universidades, la siembra de vegetación costera y manglares, la creación de paseos tablados junto a Vida Marina, y la regulación de eventos en zonas frágiles. También proponen un deslinde nacional actualizado que impida nuevas construcciones en la costa, remueva estructuras colapsadas y promueva planes de mitigación liderados por expertos y con participación comunitaria.
“Es indispensable pensar en un plan de largo plazo que escuche a la comunidad y a los expertos. La recuperación de nuestras costas depende del trabajo conjunto y sustentable”, puntualizó COCOPR.
Ambas partes coinciden en que enfrentar la erosión costera requiere una estrategia coordinada que incluya educación, conservación, planificación ambiental y mayor apoyo de las agencias estatales y federales. Mientras tanto, Isabela continúa apostando al poder de su comunidad y sus recursos naturales para proteger el borde costero que define su identidad.