
Por Antonio José Cesani
Las artes marciales mixtas (M.M.A, por sus siglas en inglés) han logrado captar a una innumerable cantidad de fanáticos a lo largo de todo el planeta y sin duda han tenido un crecimiento sostenido en términos económicos y mediático, sin duda es el deporte más popular en la postmodernidad. Esto es así, porque las artes marciales mixtas han logrado combinar los conocimientos de combates y a su vez integrar estas filosofías que fueron absorbidas proveniente de otras disciplinas como lo son el Muay thai, Boxeo, Judo, Karate, Lucha Greco-Romana y el Jiujitsu, entre otras. Esta sinergia dio paso a la creación de un deporte sumamente apasionante, riguroso y real y que a su vez goza de una gran atracción económica para los participantes. Debemos recordar que las artes marciales mixtas en sus comienzos, nunca fueron avaladas ni mucho menos aun vistas con buenos ojos de parte de la afición, porque según sus críticos, pensaban que estas carecían de regulación, madurez y técnica. Entre los mayores argumentos utilizados de parte de los críticos del deporte eran en contra del uso desmesurado de la fuerza y la brutalidad excesiva de parte de los combatientes durante los eventos. Sin embargo, hoy en día esta percepción ha evolucionado grandemente, y sin que nos quede la menor duda, ya es cosa del pasado debido al súbito cambio del paradigma y a la aceptación social del mismo. Es síntesis, podemos decir que, entre las grandes aportaciones provista por el deporte de las artes marciales mixtas, se encuentran el desarrollo del individuo y el sostenimiento de la sociedad en sus estratas más bajas.
Por último, también las artes marciales mixtas son ofrecidas como parte integral de otros programas de intervención social temprana con la intensión de rescatar a los jóvenes en riesgo como por ejemplo los son los desertores escolares.